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INAP: capacitación y formación para las/os trabajadoras/es estatales

Por: Redacción Broquel

Entrevista a Ana Castellani, secretaria de Gestión y Empleo Público con motivo de los 50 años de la creación del Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP), organismo dependiente de la Secretaría de Gestión y Empleo Público de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación Argentina

Revista Broquel: ¿Cuál fue la impronta que quiso darle esta gestión al INAP?

Ana Castellani: Cuando asumimos la gestión diseñamos una hoja de ruta que tenía que ver con fortalecer las actividades de capacitación porque la calidad del empleo público, que es el objetivo central de esta Secretaría, se juega en parte en los procesos de formación y capacitación. Queríamos volver a darle coordinación y definición estratégica al INAP;  la formación y capacitación es un tema de empleo público y tiene que ir de la mano con las necesidades que hoy tiene la administración pública y los trabajadores estatales. No podemos dejarlo a pedido de los intereses particulares. El segundo eje rector fue volver a hacer investigación desde el INAP, revalorizar  el acervo de un organismo que lleva 50 años produciendo material sobre la administración pública. Nos propusimos volver a tener un área de investigación fuerte que produzca conocimiento, que sirva a la Secretaría para diseñar políticas de empleo público y que también aporte contenido a la capacitación y formación de los trabajadores. Este organismo lo que necesita es investigación aplicada. Ese objetivo hoy está logrado; hemos llegado a producir mucho: la serie de los CUINAP (cuadernos del INAP) ha sido muy fructífera, los webinares, toda la reconversión que se generó en la pandemia. Y el tercer eje fue poner todos los recursos necesarios; hicimos un gran esfuerzo presupuestario para reasignar e incrementar los fondos: por ejemplo cuadruplicamos la línea destinada a financiar la capacitación federal y que esté en concordancia con las líneas estratégicas en formación que esta Secretaría quería implementar.

RB: ¿Cuáles eran esas líneas estratégicas y cuáles fueron los desafíos para implementarlas?

AC: Nosotros tenemos tres líneas muy claras: integridad y transparencia; atención a la ciudadanía y planificación, seguimiento y evaluación de políticas públicas. La necesidad, antes que nada, era revisar toda la oferta de formación y capacitación, establecer exactamente qué era lo que valía la pena, ordenarla, definir en función de los planes que nos elevaban los Coordinadores Técnicos de Capacitación (CTC) en cada jurisdicción. Para lograr esa readecuación se revisó rápidamente la oferta porque había determinados cursos que para nosotros no tenían nada que ver con la filosofía de lo que tenía que hacer el INAP y trabajamos en ese reacomodamiento. Después tuvimos otro desafío importantísimo, que fue la pandemia. Hubo que hacer una reconversión a todo remoto y digitalizar los contenidos; se logró salir adelante y rápidamente logramos reconvertir esa oferta de formación y capacitación a la nueva modalidad. La respuesta que tuvo INAP fue muy efectiva, tanto que nos permitió aumentar en un 40% la cantidad de participantes de los cursos en los tres años que van de 2019 a 2022. El entorno virtual ayudó para que el INAP creciera mucho, se logró un alcance y una llegada infinitamente superior al curso presencial.

RB: ¿Qué programas estratégicos tiene el INAP?

AC: Pudimos lanzar uno de los programas más importantes: el Plan Federal de Formación y Capacitación en Gestión Pública, que se construyó con las provincias y con las universidades; por primera vez se trabajó con las provincias codo a codo a través del Consejo Federal de la Función Pública (CoFeFuP), para construir lo que se necesitaba para empleados provinciales y municipales. Y, por el lado de la oferta, trabajar con cada vez más universidades, hicimos una convocatoria amplia al Consejo Interuniversitario Nacional (CIN): empezamos con 11 universidades y hoy estamos trabajando con 22 a través de convenios para la capacitación de empleados provinciales y municipales. Por una sencilla razón: para la gente la ventanilla del Estado es una sola. Si van a una oficina y reciben mala atención no importa si es la municipalidad, la provincia o la Nación, todo es el Estado. Entonces, si queremos legitimar las políticas públicas ante la ciudadanía y ayudar a que se resuelvan problemas concretos, necesitamos fortalecer la atención en todos los niveles y por eso esa coordinación de la oferta con las provincias es clave y con las universidades también, para llegar a todo el país.

Hay otros dos programas que lanzamos desde el INAP que son una muestra de cómo pensamos la capacitación y la formación en la Administración Pública Nacional. Primero pensamos en ampliar el ámbito de incumbencia y para eso trabajamos en un programa que se llama Estado Integrado. Si uno se ciñe a la norma, sólo puede capacitar a determinados agentes estatales, incluso dependiendo de la modalidad de contratación. Pero creemos que el INAP tiene que llegar a todas y todos. Y así, a través de Estado Integrado avanzamos más allá de las fronteras “naturales” del organismo y abarcamos a empresas con participación estatal. Firmamos convenio con más de 20 empresas (Aerolíneas Argentinas, ARSAT, Banco de Inversión y Comercio Exterior S.A., Contenidos Públicos S.E., Correo Argentino, Fábrica Argentina de Aviones, Grupo Provincia, Intercargo, Mercado Central, Nación Servicios, Provincia Microempresas, Agencia TÉLAM, entre otras). La propuesta es brindar una capacitación específica, en donde nosotros siempre ponemos algo de lo que son nuestros objetivos estratégicos (atención a la ciudadanía, por ejemplo), y además le agregamos otros módulos más vinculados a la al requerimiento de la propia empresa. El convenio implica que la empresa ponga parte de los recursos necesarios para hacer esa capacitación, pero la idea es llegar a todos los trabajadores del Estado nacional, provincial y municipal, con los distintos programas, con las distintas herramientas. Todo esto está dirigido a la jerarquización del empleo público. No hay que descuidar lo fundamental: el INAP no es una facultad, no es un instituto de investigación; es el órgano de formación y capacitación de los trabajadores y trabajadora del Estado Nacional, de la Administración Pública y tiene que estar al servicio de las necesidades que se requieren en estos tiempos. Por eso hay que tener una consonancia muy fuerte entre las políticas de empleo público y las políticas de capacitación del INAP.

El otro programa fundamental es INAP Futuro, que tiene tres componentes esenciales: prospectiva y escenarios futuros, reorientación estratégica de la capacitación y el laboratorio INAP 4.0.  Uno tiene que ver con los desafíos que imprimieron todas las nuevas tecnologías a las prácticas laborales y cómo aprovecharlas para la construcción de la capacitación. ¿Cuál es el objetivo? Así como las plataformas de streaming llegan a recomendar qué película ver en función de tus intereses, nosotros tenemos que poder usar  esa inteligencia artificial para poder decirle a cada trabajador/a qué oferta de cursos se adecua más a sus intereses en función de lo que viene realizando, qué es lo que necesitaría en función de su situación en la carrera de grado y nivel para ir corriendo de tramo. No queremos limitar los cursos que puedan hacer, pero sí poder llegar con mayor efectividad a una recomendación de capacitación en términos de trayectoria. El otro componente es ver qué necesita el Estado en los próximos cinco o diez años y entonces tendremos que ir por una oferta de capacitación que permita redefinir o readecuar algunos perfiles para las administraciones públicas de dentro de cinco, diez años. Para eso hacemos uso de la prospectiva para diseñar lo que viene y a partir de ahí trabajar en el laboratorio, construyendo hoy el futuro que querríamos para la capacitación. En ese sentido el desafío, porque demanda más inversión, es lograr la hibridez en las aulas. Tenemos un edificio hermoso que tiene aulas para hacer esas capacitaciones presenciales, pero si queremos que realmente se conviertan en algo de mayor alcance, necesitamos equipamiento que permita hacer el formato híbrido del dictado de las clases y entonces al mismo tiempo que se desarrolla la clase presencial poder habilitar la participación remota. El Estado nacional no está solamente en el área metropolitana, hay empleados públicos nacionales en todo el territorio que deben poder capacitarse. Si la oferta se hace presencial exclusivamente, esa gente se queda sin posibilidad de acceso a la capacitación. Por eso para nosotros es muy importante haber digitalizado el grueso de la oferta, pero además ir hacia un formato híbrido donde también tenga la posibilidad de interactuar cara a cara con el docente, aunque sea a través de un dispositivo tecnológico.

RB: Por último, ¿cuál es el mensaje acerca de estos 50 años del INAP?

AC: Fundamentalmente quiero manifestar el reconocimiento y el agradecimiento a quienes hacen el INAP, que son los trabajadores y trabajadoras que hace mucho tiempo que se desempeñan ahí. Es uno de los organismos con mayor nivel de profesionalización de su burocracia dicho en el buen sentido, esas burocracias weberianas que persisten y se quedan y aman el lugar y siguen tratando de que sea cada vez mejor. A todos quienes se desempeñan en el organismo, mi más profundo agradecimiento por seguir sosteniendo, por acompañar estos nuevos lineamientos, por el amor con el que hacen la tarea y el compromiso, especialmente todo lo que hicieron durante la la pandemia, que fue realmente muy exigente, en un contexto muy adverso para todos y donde nosotros recién habíamos llegado y ese reacomodamiento ni siquiera se había terminado de dar. Nosotros fuimos efectores de leyes importantísimas en capacitación como la ley Micaela y la ley Yolanda y se logró porque los trabajadores y las trabajadoras están a la altura de ese desafío y pusieron todas las ganas para que eso saliera. Espero que esto deje una marca. ¿En qué sentido? En que se pueden hacer las cosas bien: los funcionarios vamos y venimos, pero las personas, que son las que se quedan, que ya saben que se pueden hacer las cosas de determinada manera, pueden condicionar que eso siga siendo así en el futuro.

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