Cuando en 1853 se dicta la Constitución de la Nación Argentina en la Ciudad de Santa Fe, la organización nacional toma otro carácter, sin embargo eran muchas las tareas pendientes para poner en marcha al país. Será diez años después de su sanción, que con la creación de la Procuración del Tesoro se realice una importante contribución en materia jurídica al Estado argentino, a través del constante asesoramiento legal y técnico.
¿Quiénes fueron aquellos hombres que debieron llevar adelante una tarea pionera? Compartimos unas breves notas biográficas de quienes fueron los primeros cinco Procuradores del Tesoro de la Nación. Una característica que todos comparten es haber sido legisladores nacionales; cuatro de ellos Ministros del Poder Ejecutivo, uno de ellos de la Corte Suprema e inclusive dos fueron Presidentes de la República.
Ramón Ferreira
Ya lo hemos mencionado en los anteriores apartados ya que, además de ser el primer Procurador, fue Fiscal General, cargo que antecedió al de Procurador del Tesoro. Nació en Rio Tercero, Córdoba, en 1803. Doctor en Derecho Civil y Canónico por la Universidad de su provincia, en la cual también fue profesor.
Fue diputado durante un efímero gobierno unitario que se instaló en Córdoba en 1840. Una vez instalado el gobierno de la Confederación en 1852 se desarrolló como Fiscal General del Estado, siendo, un año después, Fiscal de la Corte Suprema de Justicia. Pero dado que el alto tribunal no prosperó, terminó desempeñando sus funciones como Fiscal de la Cámara de Justicia de Paraná. Más adelante en el tiempo, y durante seis años, actuó como máxima autoridad en la Fiscalía General del Estado entre 1856 y 1862.
Como vimos anteriormente la Ley 74 suprimió el cargo de Fiscal General y creó el de Procurador del Tesoro. Así fue como, sin intervalo funcional, el Dr. Ferreira pasó a ser Procurador. Uno de los legados más notables que se le deben es haber reunido y recopilado distintos materiales que retratan la actividad estatal de la época, así como también la realización de “Compilación de leyes” que le había sido encomendado por el Poder Ejecutivo. En cuanto a sus obras podemos destacar que realizó la primera publicación en el país sobre derecho administrativo escribiendo “Derecho Administrativo General y Argentino” en 1866. En el prólogo de dicho libro Ferreira señala de los Estados Unidos que “nada se puede esperar en esta materia, porque todos conocen su modo de ser administrativo” y que en Europa se carece de obras del tema porque el ambiente de las monarquías no es apto para producirlas, siendo su propia experiencia como máximo asesor jurídico del Ejecutivo el origen de su obra. A Ferreira también se le debe haber abogado por la enseñanza del derecho administrativo como rama diferenciada. Durante la presidencia de Bartolomé Mitre, en 1865, decide renunciar al cargo.
Salustiano J. Zavalía
Nacido en Tucumán en 1837 y recibido de abogado en la Universidad de Córdoba en 1860, donde al año siguiente fue legislador provincial. Era Procurador Fiscal Federal cuando en 1865 fue designado como Procurador, cargo que ocupó durante cuatro años hasta el comienzo de la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento. Sin duda habrá tenido que ver con su alejamiento la fuerte vinculación de su padre, que había sido Gobernador de Tucumán, como aliado de Mitre, donde desde el mismo año que su hijo era designado Procurador, él fue senador por Tucumán apoyando la candidatura de Rufino de Elizalde.
Años más tarde, como parte de su carrera judicial, sería juez civil en 1877 en la Provincia de Buenos Aires llegando, diez años más tarde, a la Corte Suprema de Justicia. El último cargo que ocupó fue como Ministro del Interior durante la presidencia de Juárez Celman.
José Evaristo Uriburu
Nacido en Salta en 1831, formado y diplomado en Bolivia, para después graduarse como abogado en 1852 en la Universidad de Buenos Aires.
Fue el fundador del periódico “El Comercio”, y secretario de la Convención Constituyente Provincial que promulgó la Constitución Jurada de 1855. Años más tarde ocuparía la Presidencia de la Cámara de Diputados durante el periodo de 1863 y 1867. Con la llegada de Domingo Faustino Sarmiento sería designado Procurador del Tesoro durante cuatro años.
En 1892 acompañó en la fórmula presidencial electa con el Dr. Luis Saenz Peña, este último ejercería el cargo hasta 1895, dejándole la máxima responsabilidad gubernamental al ex Procurador. Durante su presidencia, y sumado a la crisis económica que atravesaba el país, se desató un inminente conflicto bélico por cuestiones de límites territoriales con Chile, y se reformó la Constitución en 1898 principalmente encabezada por el líder del Partido Autonomista Nacional, Julio Argentino Roca, quien asumió como presidente de la Nación pocos meses después.
Bernardo de Irigoyen
Bonaerense nacido en 1822, y doctor en jurisprudencia en la Universidad de Buenos Aires en 1843. Tuvo un inicio en la carrera diplomática siendo oficial en la legación argentina en Santiago de Chile e interviniendo por el conflicto de límites por el estrecho de Magallanes. De ahí se desprendería una labor que ejecutó en Buenos Aires: recopilar todos los antecedentes históricos sobre el estrecho de Magallanes.
Fue designado Procurador del Tesoro en 1870, cargo al que renunciaría tan solo un año después. Los dictámenes que emitiría desde esta casa tratarían de diversos temas, siendo recordado en el senado ni más ni menos que por Sarmiento. Uno de sus más recordados dictámenes sería el referido a reclamos de particulares originados en el Tratado de Amistad con España.
Durante la presidencia de Avellaneda ocupará el cargo de Ministro del Interior, y poco tiempo después el de la cartera de Relaciones Exteriores y Culto, suscribiendo tratados con Brasil y Paraguay resultantes de la Guerra de la Triple Alianza. Una de sus obras más referenciadas sería la de la doctrina de defensa nacional por un caso contra el Banco de Londres titulada “La soberanía nacional y la protección diplomática de las acciones al portador”. A fines del Siglo XIX sería Gobernador por su provincia natal, para fallecer en 1906.
Victorino de la Plaza
De origen salteño al igual que el tercer Procurador, pero nacido en 1840. Egresado de la facultad de Derecho de Buenos Aires, interrumpió sus estudios al enlistarse para formar parte de la Guerra del Paraguay. A los veintiocho años de edad comenzaría a colaborar con Dalmacio Vélez Sarsfield como su secretario, teniendo participación en la redacción del Código Civil.
Fue en 1874, durante el comienzo de la presidencia de Nicolás Avellaneda, primer Presidente del Partido Autonomista Nacional, fue designado como Procurador del Tesoro, donde una de sus colaboraciones más recordadas dentro de esa función fue la proyección de la Ley sobre “Organización del Juicio por Jurados” y la referente a “Causas Criminales de Jurisdicción Federal”.
Una vez terminado el mandato de Avellaneda en 1880 fue Diputado por su provincia natal impulsando la ley que modificaría circunstancialmente el sistema monetario argentino poniendo fin al bimetalismo y la relación del peso argentino de oro y plata. Después de ejercer la función ministerial de Hacienda y de Relaciones Exteriores durante dos etapas integró como Vicepresidente la fórmula ganadora con Roque Sáenz Peña en las elecciones presidenciales de 1910. Debido a una enfermedad del Presidente Sáenz Peña, Victorino de la Plaza lo reemplazaría como presidente interino durante casi un año, hasta que, una vez producido el fallecimiento del presidente en Agosto de 1914, asumiría la presidencia de la Nación hasta 1916.
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