ENTREVISTASTAPA

“Cada cuerpo identificado es una evidencia más para culpar a los perpetradores”

Por: Federico Visacovsky

Mariana Segura, investigadora de la Equipo Argentino de Antropología Forense, conversó con Revista Broquel sobre el trabajo que realiza este organismo internacionalmente reconocido por sus tareas en la identificación de personas desaparecidas en el marco de violaciones a los derechos humanos. Durante la entrevista se refirió a los inicios del EAAF, sus mayores hitos y los desafíos a futuro.

Una mañana de diciembre de 1979, el periodista José Ignacio López le preguntó al siniestro Jorge Rafael Videla, quien ocupaba de facto el cargo de presidente de la Argentina, por los desaparecidos, a lo que el genocida le contestó: “Son una incógnita, no tienen entidad, no están ni vivos ni muertos”. Así de perverso. Dos años antes, un grupo de mujeres con ovarios de hierro marchaba periódicamente por la Plaza de Mayo reclamando por sus hijos e hijas que estaban desaparecidos. El 10 de diciembre de 1983 finalizaba aquella sangrienta dictadura y el país recuperaba, tras la victoria de Raúl Alfonsín, la democracia.

En ese contexto de recuperación de los derechos humanos surgió la necesidad de investigar los crímenes ocurridos durante la Dictadura (1976-1983). Así, la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) y las Madres de Plaza de Mayo solicitaron la asistencia de Eric Stover, quien era director del Programa de Ciencia y Derechos Humanos de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) con sede en Washington DC, Estados Unidos. Entre los miembros de la delegación de AAAS estaba el Dr. Clyde Snow, uno de los más destacados antropólogos forenses del mundo. El Dr. Snow recurrió a arqueólogos, antropólogos y médicos para comenzar las exhumaciones y el análisis de los restos óseos con una metodología científica. Así nació el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que desde sus inicios viene trabajando para restituir la identidad de personas desaparecidas durante la Dictadura. En los últimos años también se aboca a investigar desapariciones actuales en la Argentina y en varios países del mundo.

En diálogo con Broquel, Mariana Segura, investigadora del EAAF desde 2001, se refirió a aquellos comienzos: “Los que fueron mis mentores, los fundadores del equipo, no se imaginaron lo que se venía. Si uno se para en el 84 la cosa no estaba tan clara como para ponerse a buscar a los desaparecidos. Creo que hicieron algo que ni ellos mismos se dieron cuenta. El equipo nace de nuestra triste historia”.  Aquellas primeras excavaciones fueron especialmente impactantes para esos jóvenes investigadores ya que, a sus veintipico, “exhumaban restos de personas que tenían su edad. Era un golpazo de realidad”. La tarea no era “simplemente” exhumar un cuerpo y determinar la identidad del mismo. “Había que hablar con los familiares, explicarles cómo se hace la búsqueda, y estar en permanente contacto”, explicó Segura.

La revolución del ADN y la comparación masiva

Corría el año 2008 y hacía poco tiempo que se habían reanudado los juicios contra los militares. Fue en ese contexto en el que el EAAF vivió uno de sus principales hitos: la posibilidad de realizar comparaciones de ADN de manera masiva, lo cual permitió identificar nuevas víctimas. La científica recuerda: “Se trató de un antes y un después, tanto para nosotros como para las familias. Fue la posibilidad de restituirle la identidad a muchas personas desaparecidas. Fue posible gracias a las mejoras en las técnicas de extracción de ADN en hueso y a la posibilidad de tener softwares que posibilitaron realizar estudios de ADN masivo. Nos permitió lograr 200 nuevas identificaciones. Yo había entrado en 2001 y en todo ese tiempo no habíamos logrado tantas identificaciones”.

Hasta el momento, el EAAF ha logrado restituirle la identidad a 800 desaparecidos, mientras que hay 600 restos sin identificar. Sin embargo, conocer la verdad sobre lo que le sucedió a estas 600 personas, o saber cuántas identificaciones restan por realizar, es una tarea titánica. En primer lugar, muchos familiares son reticentes a dar su muestra de ADN: “Los tiempos del familiar no son necesariamente los de la investigación y donar la muestra de sangre es aceptar la posibilidad de que tu ser querido esté muerto”, explica Segura. Por otro lado, hay gente que aún no se anima a hablar o que simplemente no sabe dónde hacerlo. Además, la bestialidad y la clandestinidad de los crímenes de la Dictadura hacen que algunos restos sean muy difíciles de identificar o hallar.

La investigadora destacó que no es posible olvidar que su norte “son los familiares y que nunca perdemos de vista que se trata de una investigación en la que cada cuerpo identificado es una evidencia más para culpar a los perpetradores”.

Un caso especialmente doloroso

Una mañana, Mariana Segura fue a un cementerio de la Provincia de Buenos Aires a realizar una investigación porque sospechaba que debajo de unas sepulturas recientes podía hallar restos de desaparecidos. Tenía un dato: el cementerio había cometido una irregularidad. Para poner un nuevo ataúd debe remover los restos anteriores, cosa que no se hizo. Sin embargo, eso permitió que se pudiera realizar una investigación, pero para avanzar con la misma debían pedirle autorización a los familiares de las personas que estaban en las tumbas más recientes: “Para mi sorpresa la respuesta fue maravillosa. Comenzamos las exhumaciones y cada familiar que quería estar presente podía estarlo. Uno de esos casos era el del padre de una niña de 14 años que había sido inhumada hacía muy poco. La joven estaba con todos sus efectos personales, hasta con sus ositos de peluche. El padre relató que a su hija la habían violado tres personas y que le habían contagiado HIV y que había muerto por eso. Todo ese sitio era una sumatoria de terribles injusticias”.

La tarea en Malvinas

En marzo de este año, los gobiernos de Argentina y Reino Unido acordaron iniciar una segunda etapa para identificar a los soldados caídos en la Guerra de Malvinas. Se trata de un acuerdo firmado en la sede de la Cruz Roja Internacional en Ginebra. Con el objetivo de restituirle la identidad a soldados NN que están enterrados en el archipiélago es que el EAAF viene trabajando desde hace muchos años en esta temática. Si bien Mariana Segura no fue a las Islas explicó cuál fue el trabajo del equipo: “Se exhumaron los cuerpos que se encontraban en el cementerio de Darwin que tenían la placa de ‘soldado solo conocido por Dios’ y se los analizó allí mismo. Por eso, se gestionó un laboratorio en campo completo con todo lo que se necesita para análisis de cuerpo. Después de cada análisis se los devolvió a su sepultura. Esa fue la primera etapa del trabajo. Después de eso hicimos el ADN en nuestro laboratorio”. Pero una identificación no solo depende de los ADN: “Hay que fue buscar a las familias de las personas que habían desaparecido en Malvinas que no tenían su cuerpo, hacerles entrevistas y tomarles muestras de sangre. Eso llevó como 2 años”.

Nuevos desafíos

El EAAF ha sido convocado para investigar delitos de lesa humanidad en varios países del mundo en los que han ocurrido graves violaciones a los derechos humanos tales como México, Chile, Perú, El Salvador, Guatemala, México, Etiopía, Croacia, Kurdistán, Iraq, Zimbabue, Sudáfrica y Filipinas. También es consultado por la Justicia para colaborar en causas sobre femicidios e investiga y colabora con familias en casos de desapariciones actuales en Argentina como peritos de las familias o auxiliares de la justicia. En los últimos años, investiga sobre violaciones a los derechos humanos durante grandes migraciones.

Este giro de enfocarse en un conflicto actual y contemporáneo implicó que el EAAF tuviera que adecuarse a nuevos escenarios. Sobre este cambio Segura explicó: “Cuando empezamos a trabajar con migraciones fue un hito. Pasamos a trabajar en el conflicto mismo, nos cambió el eje de cómo pensar una investigación. Estamos identificando a un migrante muerto mientras mueren otros. Tuvimos que aprender a trabajar en escenarios en conflicto continuo, a tratar con otro tipo de cuerpos, no solamente con restos ocios y empezar a trabajar con los médicos en las morgues”.

Mariana Segura es coordinadora de la unidad de Capacitación, trabaja en casos de feminicidios, desapariciones actuales y lesa humanidad. Trabajó en misiones del EAAF en al menos una decena de países.

Importante

Si tenés un familiar víctima de desaparición forzada en Argentina entre 1974 y 1983, una simple muestra de tu sangre puede ayudar a identificarlo.

Tenemos cientos de restos de desaparecidos de ese período sin identificar por falta de muestras de sangre y podemos informarte si alguno de ellos es tu familiar.

Llamá al 0800 345 3236 o escribí
a iniciativa@eaaf.org.ar

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