BELGRANO

Manuel Belgrano: su formación académica

Un breve repaso por la carrera del prócer que nos permite conocer las múltiples inquietudes que movilizaban sus intereses en la juventud.    

Por: Guillermo Raúl Moreno* 
Imagen: Retrato de Manuel Belgrano, Archivo General de la Nación

Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770 en el seno de una aristocrática familia porteña. Hijo de un acomodado comerciante genovés radicado en Buenos Aires, don Domingo Belgrano Peri, y de doña María Josefa González Casero.

Aprenderá sus primeras letras en la Escuela de Dios, que funcionaba por entonces en el convento. A los 14 años, en 1784, pasó a cursar su nivel secundario en el Real Convictorio Carolino.

Para esta época funcionaban tan solo dos universidades en territorio del Virreinato del Río de La Plata. Los jesuitas habían fundado para entonces la Universidad a de Córdoba (1613),   y la de Universidad de San Francisco Javier en Charcas (1624). Pero el joven Manuel, por decisión de su familia, no se quedará en por estas latitudes, sino  que partirá  a Europa para completar sus estudios superiores.

Belgrano viajó a España enviado por su padre; llegó a La Coruña en octubre de 1786 y se trasladó luego a Madrid, donde se instaló en la casa de su hermana. Allí pasará por las aulas de la Universidades más prestigiosas de la madre patria: Salamanca, Valladolid y Madrid.

Manuel Belgrano solicitó matrícula en la Facultad de Leyes de la Universidad de Salamanca el 20 de noviembre de 1786. Al llegar presentó su certificado de estudios extendido por el Colegio Real de San Carlos. Dicha documentación fue objetada por adolecer fallas en su redacción. Esta situación motivó una presentación formal de Belgrano ante el mismísimo Rey, quien le dio traslado al Consejo Supremo de Castilla para su tratamiento. Finalmente, el joven aspirante consiguió su ingreso a la Alta Casa de estudios previo aprobar un examen de filosofía y moral. Fue así que el creador de nuestra bandera  fue inscripto para sus cursos de leyes junto a otros 182 estudiantes. Más tarde pasará a la Universidad de Valladolid, donde se recibió de bachiller en leyes, y por último, se graduará de Abogado en la de Madrid en 1792. 

Durante su estadía en Europa dedicó especial atención a la economía política. Desde allí siguió los acontecimientos de la Revolución Francesa de 1789, que le influyeron hasta el punto de llevarle a adoptar la ideología liberal.

Como abogado nunca tuvo bufete propio. Además del litigio en causa propia que debió llevar adelante para su aceptación en la Universidad, se suele recordar la defensa a favor de su padre quien había sido encarcelado a causa de un negociado en el Río de la Plata y que tardó años en aclararse.

Estando en el viejo continente, Belgrano es convocado para ocupar el cargo de Secretario del Consulado de Buenos Aires, ofrecimiento que lo decide a regresar a su tierra natal.

Aquel muchacho que había partido años atrás vuelve a Buenos Aires en marzo de 1794. Así lo describe Bartolomé Mitre: “Joven, rico y de buena presencia, todas las puertas se le abrían. El prestigio de un viaje al Viejo Mundo, su instrucción variada, sus conocimientos de música, su título de abogado, sus maneras afables y cultas, le dieron un lugar distinguido en la sociedad. Se relacionó con los jóvenes más inteligentes de la época. Especialmente con Castelli, a quien transmitió su gusto por los estudios económicos”.

*Profesor de Historia Constitucional. Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP. Editor de la Revista Derechos en Acción de la UNLP.

Comentarios(1)

  1. […] para compartirlas. Es el caso de su formación académica, por ejemplo, como bien desarrolla en su nota el profesor Guillermo Raúl Moreno (LINK A NOTA EN […]

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