CULTURA

El mito político en el cine nacional: Eva de la Argentina de María Seoane

Por: Marcela Barbaro.
Imagen: Eva de la Argentina, de Maria Seoane

El abordaje de los mitos a través del cine, nos acerca a la historia y a los orígenes de su construcción. Un acercamiento que explora y recrea el camino de una heroína que dejó su huella en la sociedad. Esa figura mítica, que despertó pasiones y odios, controversias y homenajes, fue Eva Duarte, “Evita”. Sin duda, ella representó el mayor emblema político femenino de la historia argentina.

Las diferentes versiones cinematográficas sobre su vida, tanto del cine nacional como internacional, ofrecieron resultados muy dispares. Podemos citar algunas de ellas. El musical de Alan Parker, protagonizado por Maddona; la fusión entre documental y ficción en Evita, quien quiera oir que oiga de Eduardo Mignona, seguido por el abordaje más histórico en Eva Perón de Juan Carlos Desanzo, hasta Juan y Eva de Paula de Luque, con una inclinación más romántica.

Entre esos registros, la periodista y cineasta Maria Seone, realizó una película de animación política sobre Evita: “Eva de la Argentina”, estrenada en octubre de 2011. Un género, no muy explorado, que tuvo sus inicios con El Apóstol (1917) del caricaturitsa y director de animación Quirino Cristiani, considerado el primer largometraje animado y satírico del cine nacional, sobre la figura de Hipólito Yrigoyen, seguido por Peludópolis (1931), entre otras.

Lejos del tono burlesco sobre la realidad,el género animado en Eva de Argentina combina el rigor de la investigación periodística con un formato audiovisual que fusiona distintos lenguajes, en este caso, el comic se intercala con imágenes y audios de archivo, que enfatizan la verasidad histórica. La cinta también se destaca por el manejo de varios géneros y recursos estilisticos, al combinar el trhiller biográfico con la animación y el documental.

Eva de la argentina narra la vida de Evita desde su nacimiento en Los Toldos en 1926, a su llegada a Buenos Aires. Una ciudad donde inició su carrera de actriz, tuvo el primer encuentro con Juan Perón, el despertar de su participación e interés político, hasta su dolorosa muerte y posterior profanación del cadáver. Un cuerpo, que no sólo representaba al pueblo que la amo y al mito que alcanzó su figura, sino al temor que provocaba en sus detractores.

El guion escrito por Seoane junto a Graciela Maglie, Omar Quiroga y Carlos Castro, divide al relato en dos estructuras narrativas que se desarrollan de forma paralela. Una idea que le otorga mayor fluidez ficcional y cierta retórica al clásico discurso documental, no por ello, menos ceñida a los hechos.

Por un lado, el film está narrado por un personaje de ficción que es el periodista y escritor Rodolfo Waslh (en la voz del actor Carlos Portaluppi), perseguido durante la dictura militar en el periódo que abarca desde 1976 hasta marzo del 77. En ese último año, Walsh se mueve en la clandestinidad como una suerte de detective del cine negro, para comenzar una investigación sobre la génesis del movimiento peronista, pero fundamentalmente, sobre “Esa mujer”, la que dará nombre al cuento que escribe sobre el destino de su cadáver. Un hecho aberrante que, sin duda, es una historia aparte.

En ese recorrido de búsqueda y hallazgos, se hilvanan las reflexiones de una generación perseguida, con la que Seone se identifica, además de compartir con Walsh el oficio periodístico. Un reconocimiento que se reflejará en la postura militante y comprometida del autor de Operación Masacre y de la Carta abierta a la junta militar, entre otros textos.

La otra línea narrativa, hace foco en la carrera política de Evita y en el contexto histórico, con un seguimiento cronológico de los hechos más trascendentales que realizó durante la pimera presidencia de Perón. La enfermedad, los golpes de Estado, y el odio encarnizado que fueron gestando los sectores políticos y civiles opositores, formarán parte de los temas que permiten un acercamiento a cómo Eva se transformó en “la jefa espiritual de la Nación”.

La estética de la película contó con los dibujos del reconocido y talentoso dibujante, Francisco Solano López (El Eternauta), quien no logró ver su trabajo plasmado, al fallecer antes de su estreno. También tuvo el aporte artístico del músico Gustavo Santoalla en la banda sonora y del cantante León Gieco, quien compuso la canción de cierre junto a Luis Gurevich a cargo de la música.

Desde el comienzo y a lo largo del relato, cobra importancia el uso del simbolismo y la metáfora en ciertas imágenes, como la de los cuervos negros en medio de las escenas, quienes presagian el lado oscuro de la historia del país, y los hechos fatídicos que la atravesaron.

Otro aspecto destacado por Seoane, es el rol de la mujer en la actividad política, donde destaca el logro cívico que se obtuvo con la sanción de la Ley de sufragio femenino en septiembre de 1947, entre otras tantas obras. Aquella victoria histórica en materia de derechos, que fuera impulsada desde el siglo XIX por Cecilia Grierson, Alicia Moreau de Justo y Julieta Lanteri, entre las pioneras o gestoras como Eva Perón; se puso en práctica el 11 de noviembre de 1951, cuando las mujeres votaron por primera vez.

La incursión en el formato animado, si bien le permitió mayor libertad creativa y metafórica a la hora de representar los hechos y la ambientación histórica, no descarta la inclinación didáctica y algo artesanal de su realización y enfoque. Sin embargo, el uso del comic podría pensarse como un formato más actualizado del cime histórico, para motivar a las nuevas generaciones a conocer y acercarse a los hechos históricos del pasado.

A 68 años del fallecimiento de la Abandera de los humildes, Eva de la Argentina, supo reunir el talento de muchos artistas que participaron de un proyecto, que generará un antecedente en el género. María Seoane logra transmitir una nueva forma de revisionismo histórico, valiéndose del lenguaje y las herramientas cinematográficas para abordar y analizar los orígenes de una mujer mítica, a la que rinde un cálido homenaje.

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