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“Invertir en tecnología tiene un impacto enorme para el país”

invap sede central, Bariloche
Por: Redacción Broquel
Imagen: Sede Central de INVAP, San Carlos deBariloche

Entrevista a Darío Giussi, ingeniero y gerente del Área de Proyectos de Gobierno, Defensa y Seguridad de INVAP. “El uso del poder de compra inteligente del Estado permite desarollar soluciones tecnológicas para problemas reales de la gente, donde aprendés a hacerlo de manera competitiva y te permite ampliar tus horizontes exportando y trayendo más trabajo e ingresos para nuestro país”.

RB: ¿Cómo se organiza la empresa y con cuántas/os trabajadoras/es cuenta?

DG: INVAP es una Sociedad del Estado propiedad de la Provincia de Río Negro y mantiene una estrecha relación con diversos organismos del Estado Nacional como ejecutor de proyectos tecnológicos complejos, en particular, con la Comisión Nacional de Energía Atómica, con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, con los ministerios de Defensa y Seguridad y sus organismos dependientes, las tres Fuerzas Armadas, con empresas estatales como ARSAT y EANA, y con el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, por mencionar el núcleo más importante.

Nuestra Sede Central se encuentra en la Ciudad de San Carlos de Bariloche, pero contamos también con oficinas en diferentes lugares del país y del mundo. En la actualidad trabajan más de 1.200 personas en la empresa, de las cuales el 80% s profesionales, técnicos y técnicas con alta capacitación.

RB: ¿Cómo funciona INVAP y cómo se llega al desarrollo de radares?

Darío Giussi: INVAP es una empresa de tecnología, cuyas actividades se centraron en los primeros años desde su fundación exclusivamente en lo nuclear,  muy asociados al plan nuclear argentino.: los reactores de investigación, las plantas de producción de radioisótopos, etc. Que sigue siendo un  área muy  importante, incluso con los mejores parámetros internacionales, Luego incorporamos actividades industriales derivadas de la inicial, y luego migramos a otras  actividades, como la espacial, en el campo de los satélites. Luego de allí migramos  al desarrollo  de radares, que se extenderían luego a otras cuestiones de defensa.

Hoy la Empresa cuenta con cuatro grandes áreas de negocios: la Nuclear, con el alcance descripto, la Espacial que desarrolla satélites de observación de la Tierra y de Comunicaciones, la de Sistemas Integrados en actualmente estamos enfocados en la provisión de Centros Médicos de Radioterapia y la que encabezo, que dentro de un área muy vasta se enfoca en los sensores, radar principalmente y sus sistemas de información asociados. También trabajamos en sistemas no  tripulados, sistemas de visión electroóptica, entre otros.  

Volviendo a la génesis del tema radar,  llegamos a esta la tecnología a partir de la necesidad muy marcada que tenía el país a inicios del 2000, donde una muy pequeña porción del territorio contaba con radares de vigilancia y control, después de varios fracasos y denuncias cruzadas en licitaciones, de intentos de comprar llave en mano tecnología extranjera. El Gobierno Nacional conducido en este entonces por Néstor Kirchner, a través del decreto 1407/2004, define que los radares se hacen en el país,  y nos encomienda el desarrollo de los radares de control de tránsito aéreo cooperativo, los denominados radares secundarios.

Así empezamos con esos, con una base de conocimiento que habíamos aprendido por estar haciendo el satélite SAOCOM para CONAE, que es un (en realidad dos, en órbita actualmente) satélite con un instrumento radar SAR, que significa radar de apertura sintética y sirve para hacer imágenes en condiciones en que los instrumentos ópticos no pueden. Luego ampliamos  a los radares de vigilancia no cooperativa, que son los radares que se utilizan en defensa y contra el narcotráfico. Todo eso dentro de un plan denominado SINVICA: Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial, y cuyo ejecutor principal es el Ministerio de Defensa a través de la Fuerza Aérea Argentina. Luego vinieron los meteorológicos, en el medio trabajamos con radares del Ejército y varias cosas más.

RB: ¿Cómo evalúa esos programas y qué alcances se lograron?

DG: Fueron programas que duraron (duran!) muchos años, con los que logramos grandes resultados y que aún permanecen activos. Nos permitieron la fabricación de dos series de radares secundarios, totalizando  23 radares que cubren el 95% de las rutas aéreas de la Argentina, actualmente operados por EANA,  y los primarios que opera la Fuerza Aérea Argentina, emplazados en la frontera Noroeste, Norte y Noreste de nuestro país.  También desarrollamos radares meteorológicos, para la detección de fenómenos climáticos severos, donde nuestro cliente directo es la Secretaría de Recursos Hídricos, pero que  los opera y utiliza en forma importante el Servicio Meteorológico Nacional, así como otras entidades. La red cuenta en este momento con once radares de este tipo y se continuará ampliando.

El radar como tecnología y como sensor es muy importante para distintas aplicaciones como la aeronavegación, la defensa, la seguridad, otras actividades civiles como el pronóstico del clima y el conocimiento de la meteorología y de la atmosfera. La desarrollamos en tres grandes programas soberanos a partir de las necesidades de la Argentina. Hicimos también modernizaciones, para radares del Ejército y de la Fuerza Aérea, donde estuvimos desarrollando capacidades en una tecnología que es muy sensitiva. Y con eso pudimos llegar a tener una línea de productos de calidad, compatibles con la oferta internacional.

RB: ¿Cuál fue la importancia de ese desarrollo dentro de nuestro país?

DG: Fue trascendente, del mismo modo que se hizo con la energía nuclear en el pasado, cuando  en vez de comprar un reactor de entrenamiento para el Centro Atómico Bariloche se decidió hacerlo en la Argentina. Hacer los radares acá significa apostar a las capacidades de nuestra materia gris y las capacidades tecnológicas del INVAP y de un conjunto de Pymes, de empresas locales, de universidades. Desarrollando ese valor nacional, y fue por esa apuesta es que pudimos realizar muchísimas cosas. Pensá que por cada peso que el Estado invierte en INVAP, la mitad se ejecuta en la Empresa, y la otra mitad se vierte  en una red de proveedores mayormente PyMES. Ese dinero no se gasta afuera, sino que queda acá generando trabajo y conocimiento. De no haberse dado ese ciclo de inversión y desarrollo hoy no podríamos estar, entre otras cosas, ante una venta que genera divisas, trabajo genuino, y nos permite dar pasos hacia el afianzamiento de INVAP en el mercado internacional.

RB: Comentaba recién del impulso internacional de la empresa, y se conocieron en estos días las exportaciones de radares que han logrado…

DG: Sí, en todas las áreas en las que estamos, INVAP ha desarrollado y desarrolla  proyectos en nuestro país y en una cantidad importante de países del exterior. Recientemente firmamos un contrato con la empresa Jampur International FZE, de Emiratos Árabes Unidos, para la provisión de dos radares primarios 3D móviles de uso civil, que serán emplazados en Nigeria. Es muy importante porque además esta provisión incluirá la capacitación del personal que los operará. Este modelo de radar, el RPA-200MC, es una de las incorporaciones más recientes a la familia de radares desarrollados por INVAP. Su diseño le permite operar las 24 horas, los 365 días del año, lo que le brinda una alta disponibilidad con mínimo mantenimiento preventivo y bajos costos logísticos y operativos.

Esta exportación de radares a un nuevo mercado en el continente africano, en donde ya tenemos presencia en lo nuclear, nos permitirá seguir desarrollando nuestro perfil de proveedores de tecnología en el ámbito internacional. Al mismo tiempo que nos brinda la posibilidad de seguir consolidándonos como empresa referente en el mercado de sistemas de misión crítica para todo uso.

RB: ¿Cuál es el impacto de estas inversiones en la capacitación y el conocimiento adquirido de quienes trabajan en INVAP?

DG: Somos una empresa de tecnología, con capacidades adaptables a distintos campos, y vamos aprendiendo mucho al realizar nuestro trabajo. Por ponerla como ejemplo, la tecnología que utiliza el radar no te la enseña nadie, se aprende con el trabajo y el desarrollo, más allá de la bibliografía y por supuesto de los conceptos operacionales  que aprendemos de los usuarios de los sistemas.

Invertir en tecnología tiene un impacto enorme para el país. Le permite, no sólo a INVAP sino a otros actores, otras empresas como te  decía, instituciones académicas y entidades de investigación que también participan de la generación de conocimiento, crecer y aumentar sus capacidades. Es lo que en INVAP decimos (lo acuñaron nuestros fundadores Varotto y Otheguy) el “uso del poder de compra inteligente del Estado”. Con ese poder desarollás soluciones tecnológicas para problemas reales de la gente, donde aprendés a hacerlo de manera competitiva y te permite ampliar tus horizontes exportando y trayendo más trabajo e ingresos para nuestro país. Es un círculo virtuoso que se transforma un “logro país”, y en el fondo es una forma muy relevante de aportar a la Soberanía Nacional, y nos alegra y enorgullece aportar nuestro rol en esa misión.

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