MALVINASTAPA

Mujeres en Malvinas: nombrarlas es construir memoria colectiva

Por Paula Hansen

Se cumplen 40 años del conflicto del Atlántico Sur, fecha que nos interpela y nos devuelve al necesario e irrenunciable ejercicio por seguir construyendo memoria colectiva e histórica respecto a nuestros Derechos Soberanos. Reconocer los diversos roles que asumieron las mujeres, tanto durante el conflicto bélico como a lo largo de la historia de este reclamo constitucional por el ejercicio pleno de nuestra Soberanía, constituye en sí un acto reparatorio hacia todas aquellas partícipes históricamente invisibilizadas, y resulta en definitiva indispensable para seguir andando el camino hacia una patria justa, equitativa y soberana.

Los mecanismos de ocultamiento que caracterizaron al accionar de la ilegítima dictadura militar al mando del gobierno durante el conflicto bélico, derivaron en un profundo proceso de desmalvinización en el transcurso de la posguerra. Así, se conminó al silencio a quienes combatieron y desempeñaron roles específicos durante las hostilidades. En el caso de las mujeres que fueron parte de este acontecimiento histórico, resultó en una doble invisibilización. Es entonces imprescindible en este ejercicio nombrar, reconocer el aporte y visibilizar las historias de todas aquellas partícipes activas en la Gesta de  Malvinas: enfermeras (tanto egresadas como aspirantes), instrumentistas quirúrgicas, radio operadoras, comisarias de a bordo, técnicas y mediadoras diplomáticas.

La memoria histórica es incompleta si, por ejemplo, no incorpora la experiencia de Liliana Colino, integrando misiones de salvataje a bordo del Hércules C-130 rumbo a las Islas, corriendo a la par del avión en suelo malvinense entre amenazas de bombardeos, ayudando a subir heridos para trasladarlos a destino seguro. Ellas también estuvieron. Brindaron atención médica y contención psicológica a los más de mil soldados heridos en combate, tanto a bordo de buques hospitales como el ARA Almirante Irízar (que surcó las inmediaciones de Puerto Argentino), como en el Hospital Naval de la Base Naval Manuel Belgrano y el Hospital Reubicable en Comodoro Rivadavia. Participaron en la configuración y preparación previa de dichas instalaciones. Fueron quienes recibieron a los sobrevivientes luego del hundimiento del ARA General Belgrano. Integraron el personal de buques mercantes a cargo del transporte de municiones y provisiones, como es el caso de Doris West, única tripulante mujer a bordo del ELMA Formosa.

Incorporar y multiplicar estas voces implica, en términos generales, aportar a su inscripción en la trama de una historia que se remonta a los procesos independentistas, junto a figuras tales como María Remedios del Valle, Juana Azurduy, Martina Cespedes, Manuela Pedraza; y, específicamente, a la consolidación de una perspectiva de género respecto a la extensa cronología que signa la disputa por la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes. Un recorrido histórico en el que también se destacan personalidades como María Saez de Vernet, cronista de nuestra Soberanía en Malvinas durante el proceso de fundación de la colonia argentina en Puerto Soledad en 1829, y María Cristina Verrier, única mujer integrante del Operativo Cóndor en 1966. También es necesario nombrar a las hermanas María Fernanda y Teresa Cañás, quienes durante 1974 se desempeñaron como maestras del idioma español en las Islas Malvinas, producto del Acuerdo de Comunicaciones de 1971 entre nuestro país y el Reino Unido. El mismo se enmarcó en la resolución 2065(XX) de 1965 de la Asamblea General de Naciones Unidas, que reconoce la existencia de una disputa de soberanía, promoviendo la concreción de instancias de negociaciones con el objetivo de encontrar una solución pacífica y definitiva al conflicto.

La resolución 1438 del Ministerio de Defensa, firmada en 2012 por la ex ministra de Defensa Nilda Garré durante el segundo mandato de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, es esclarecedora en este sentido, al afirmar que  “la guerra, como fenómeno que afecta transversalmente a las diversas sociedades que la sufren, no es una realidad ajena a las mujeres. Sin embargo y por fuerza de la tradición y los estereotipos, pocas personas piensan en las mujeres como sujetos activos en tales situaciones de conflicto, es decir, como líderes o combatientes en las conflagraciones bélicas”.  Asimismo, destaca que “la reconstrucción de la memoria histórica, en el sentido de visibilizar la participación de las mujeres en contextos tradicionalmente asignados a “lo masculino”, es fundamental para el reconocimiento de los derechos humanos como valores de la democracia.”

Esta resolución reconoció la labor desempeñada por Susana Mazza, Silvia Barrera, Norma Etel Navarro, María Cecilia Riccheri, María Angélica Sendes, Mariana Florinda Soneira, Marta Beatriz Gimenez, Olga Graciela Caceres, Maria Noemí Marchesotti, María Liliana Colino, Graciela Liliana Geronimo, Maureen Dolan, Silvia Storey y Cristina María Cormack en la gesta que constituyó el conflicto armado del Atlántico Sur. En el caso de estas tres últimas, a través de la resolución 1206/09 el Ministerio de Defensa había certificado además en el año 2009 su condición de veteranas de guerra. El documento constituyó un gran paso en el extenso camino a recorrer para saldar esta deuda.

Es fundamental tener presente que fue durante esos primeros años de la década del 80 cuando comenzó la incorporación gradual de las mujeres a las Fuerzas Armadas. Ellas no sólo ‘también estuvieron’, sino que fueron precursoras de una compleja y profunda transformación cultural en dichas estructuras, posible a partir del retorno de la democracia. Debieron asumir tareas en un contexto sumamente hostil, en un ámbito signado por  profundas desigualdades en términos de género. Con el fin de la dictadura militar, nuestro país inició un recorrido tendiente a la modernización de las mismas, entendiendo el reconocimiento de los derechos humanos como valores fundamentales de la democracia. Un trayecto que en la actualidad continuamos transitando con políticas como la implementación del Plan Integral de Políticas de Género (presentado el último 8 de Marzo por el ministro Jorge Taiana) al interior del Ministerio de Defensa.

Consolidar memoria en torno a todas estas mujeres mencionadas y tantas más, que hicieron y hacen parte de la historia de nuestro país, es edificar las bases para construir una Argentina equitativa y con pleno ejercicio de su soberanía. 

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