Por: Federico Visacovsky y Leandro Sánchez
La primera camada del Programa de Especialización en Abogacía del Estado está por culminar. Un total de 546 abogados y abogadas que trabajan en distintos organismos de la Administración Pública Nacional y que viven en toda la Argentina tuvieron la posibilidad de cursar, a lo largo de un año y medio, este nuevo programa de la Escuela del Cuerpo de Abogados y Abogadas del Estado.
¿Cómo fue esta primera experiencia? ¿Cuáles fueron los aspectos más positivos? ¿Qué llevó a un profesional del derecho a cursar ABOGAR? ¿Es posible aplicar lo aprendido en el quehacer diario? Estas fueron algunas de las preguntas que contestó un grupo de estudiantes en una serie de entrevistas para la Revista Broquel.
Tres fueron los aspectos más valorados: la posibilidad de actualizarse profesionalmente, la chance de fortalecer lazos con colegas de otros organismos y el hecho de que abogados y abogadas de todo el país hayan podido cursar gracias la virtualidad. María Soledad Iula, abogada del área de RRHH de la Unidad de Información Financiera (UIF), destacó la “federalización del programa” y resaltó la existencia de “contenidos actualizados dictados por docentes de gran trayectoria que nutren nuestro trabajo cotidiano”. Para Santiago Aramburu, abogado de la Dirección Nacional de Uso Público de la Administración de Parques Nacionales, uno de los aspectos más destacados fue “el intercambio entre estudiantes que generó una red de contactos profesionales, a la vez de cursar con docentes especialistas en cada materia”.
Por su parte, María Florencia Pignatta, abogada de la gerencia de asuntos jurídicos del INCAA, resaltó que los/as docentes “hicieron mucho hincapié en doctrina, jurisprudencia y en los dictámenes de la PTN”, mientras que Daniel Salvatore, director Nacional de Activos Físicos de la Agencia Nacional de Bienes del Estado, expresó que “ha sido muy positiva la formación en materias en las que no tenía conocimiento, tales como usos y prácticas del lenguaje o la perspectiva de género”. Luciano Pagola, abogado del Banco de la Nación Argentina, explicó que el abogar lo “ayuda porque la información es permanente y actualizada”.
El ABOGAR fue pensado para que sus graduados/as puedan aplicar los conocimientos allí aprendidos para, de esa forma, defender de manera más eficiente a la Argentina. Así lo graficó María Florencia Pignatta: “Siento que me ayuda en mi trabajo diario, desde la posibilidad de haber mejorado el formato de los dictámenes hasta haber incorporado doctrina de la PTN y técnicas de redacción”. Estefanía Cabezas, abogada de la Dirección de Asuntos Judiciales del Ministerio de Transporte, destacó que gracias a la especialización “puede aplicar nuevas técnicas” como por ejemplo algunas ligadas a las contrataciones. Además, María Soledad Iula describió su situación: “Los conocimientos que adquirí en abogar los implemento diariamente en mis funciones: el armado de proyectos administrativos, la remisión de expedientes o el estar actualizada en las últimas novedades de la PTN”. Por su parte, Daniel Salvatore admitió que ABOGAR lo ayuda especialmente “con el uso de lenguaje, la perspectiva de género y la potestad sancionatoria”.
En general, la iniciativa de cursar estuvo ligada a la necesidad de perfeccionarse y adquirir nuevos conocimientos, esto animado, en muchas ocasiones, por áreas que incentivan a que los/as profesionales se capaciten. Indudablemente, la primera experiencia de Abogar es más que positiva. Ello implica la posibilidad de mejorar procesos, enriquecer conocimientos y aptitudes y de crear una red de contactos profesionales.
El Programa de Especialización en Abogacía del Estado invita a una reflexión: ¿qué significa ser un profesional del derecho que vela por los intereses del país? Según Santiago Aramburu, “ser un abogado que trabaja en el Estado es una gran responsabilidad”. En tanto, Luciano Pagola entiende que “participar en la defensa de la Argentina es un privilegio y hay que hacerlo con mucha responsabilidad. Estefanía Cabezas, que realizó una buena parte de su trayectoria profesional en el sector privado, reconoció: “Nunca me imaginé trabajando en un ministerio, es una responsabilidad muy importante”. En tanto, para Daniel Salvatorie “ser un abogado del Estado significa velar por los intereses del Estado” y, para María Florencia Pignatta, es algo que la “llena de orgullo”.
Agradecimientos
María Soledad Iula, Santiago Aramburu, Luciano Pagola, Estefanía Cabezas, Daniel Salvatore, María Florencia Pignatta,
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