Por Redacción Broquel Imagen: Secretaría de DDHH de la Nación
El 24 de marzo pasado, la Secretaría de DDHH de la Nación puso a disposición de todas y todos un libro en formato digital que retrata la lucha incansable de Madres y Abuelas.
A raíz del 40° aniversario de la recuperación democrática, este homenaje rescata los retratos fotográficos de 40 Madres y Abuelas de distintos lugares a lo largo y ancho del país y recorre, a través de sus imágenes, la lucha incansable y eterna de aquellas mujeres que marcaron a fuego nuestra historia.
“Estas páginas representan la concreción de un proyecto que nació del amor y la admiración”, describe el Secretario de Derechos Humanos de la Nación Horacio Pietragalla Corti, en el prólogo de este trabajo hecho con sacrificio y amor. Es que para la concreción del mismo, fue necesaria la construcción de las redes de contención necesarias y los vínculos de confianza para llevar adelante este proyecto que, no es menor, comenzó a prepararse en la pandemia cuando no era opción luchar en las calles, escenarios que las Madres y Abuelas recorrieron toda su vida.
En otro de sus párrafos, Pietragalla escribe: “Ni en los momentos más difíciles, cuando en soledad luchaban contra la incertidumbre y la impunidad, cedieron ante la desesperanza y al deseo de venganza”. Así el trabajo busca recuperarlas a través de retratos en contextos diferentes a los que nos hemos acostumbrado a verlas. “Elegimos asomarnos a la intimidad de sus hogares, mirar hacia el adentro de esos espacios poco explorados, para contemplarlas junto a los recuerdos que las han acompañado durante más de cuatro décadas”, señala la presentación.
En el prólogo, Cora Gamarnik, coordinadora el área de Estudios sobre Fotografía de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, relata sus visitas a aquellas mujeres que con mucho amor les abrieron las puertas de sus hogares. “Son fotos sensibles, amorosas que nos las devuelven a la intimidad de sus hogares, a sus afectos, al espacio privado que las cobijó, del que tal vez no hubieran salido si el terrorismo de Estado no les hubiera arrancado a sus hijas e hijos. Lugares donde descansan, cocinan, sueñan, donde se curan las heridas”.
“Lograron convertir el dolor en acción colectiva y en ese recorrido se transformaron también a sí mismas”, con esa impronta Cora construye su aporte a describir el rol que estas mujeres tuvieron y tienen en una sociedad golpeada por el terror de las páginas oscuras de la historia nuestra. “Son imágenes llenas de caricias que no pudieron darse ni recibirse, pero también vemos a sus hijas e hijos en sus manos, en las caricias a los portarretratos, en los abrazos”.
Madres-y-Abuelas“Las Madres sostuvieron la memoria con imágenes, objetos, palabras, con sus recuerdos, con cada rastro que quedó como testigo. Hicieron visibles a sus hijos e hijas, usaron su imaginación para quebrar el silencio”. Las palabras de Gamarnik retratan sensaciones tan profundas y sensibles y nos invitan a indagar cada imagen, cada rostro, cada significado que nos brinda el libro. “Ellas reconstruyeron las listas, recorrieron juzgados, comisarías, cuarteles, iglesias, hospitales, dependencias estatales, oscuros pasillos de más oscuros funcionarios para saber dónde estaban sus hijos e hijas, qué hicieron con ellos y ellas. Y guardaron esa memoria en sus archivos”, nos remite el prólogo.
Es de destacar el gran trabajo de Leo Vaca, que en las imágenes nos permite viajar a cada lugar y cada momento compartido con ellas, inmortalizarlas y poder visualizar cada detalle, cada objeto, que su cámara pudo registrar. Al término del libro, encontramos una breve reseña de cada madre y cada abuela, sus historias particulares, sus luchas, sus convicciones más profundas. A cuarenta años de la recuperación democrática, el ejemplo de ellas nos guía día a día, para no rendirnos, no conformarnos con los límites que intentan imponerle a la democracia que hemos podido conseguir y que defendemos cada día.
El libro se encuentra en la página web de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
COMENTARIO AQUÍ