Entrevista a Rafael Alejandro Castro Videla, Bibliotecario, y a Pablo Rodrigo Salgán Ruiz, Responsable del Departamento de Biblioteca y Publicaciones. “La Procuración es como una segunda familia, y es un lugar que me posibilitó muchas cosas: me permitió estudiar, trabajar, desarrollarme y avanzar en mi vida social”.
Por Redacción Broquel
“Ingresé en 1987, era un chiquilín de 21 años, pensando que iba a estar dos/tres años trabajando acá y después irme a otro lado, sin embargo hoy cumplo 36 años en la Procuración del Tesoro”, nos cuenta Rafael Castro Videla. “Me gustó, me encanta el trabajo que hago acá en la Biblioteca, todo lo que es investigación, asesoramiento a abogados, no solamente de acá sino de todo el Cuerpo de Abogados del Estado”, asegura. “Me parece un laburo divertido la investigación, me mato por conseguir las cosas, más si sé que le va a servir al abogado que hace la consulta”.
Pablo Rodrigo Salgán Ruiz ingresó en 1993, pero desde 1998 trabaja en la Biblioteca. “Como primera tarea me tocó ordenar el fichero, que es un fichero de casi 100.000 fichas, en forma alfabética: ahí empecé a conocer lo que es la labor bibliotecaria en el campo de la información jurídica”. Fue así como “fui aprendiendo, de a poco, lo que es la tarea”, pero le pidieron que “si me recibía, me quedara mínimo dos años, porque la gente se recibía y se iba directamente a trabajar a otras oficinas, y lo gracioso de esto es que yo me recibí y me quedé trabajando hasta el día de hoy”. “Me generó curiosidad al punto de que me puse a estudiar bibliotecología”, asegura.
Un hito importante de los últimos años en el área fue la Digitalización de los Dictámenes. “En plena pandemia, fue una de las tareas más importantes, porque el Procurador tomó la decisión política de facilitar el acceso a la colección mediante su digitalización”, recuerda Salgán Ruiz. “En turnos de no más de dos o tres horas por día, después cuatro, y día por medio, veníamos con Rafa, mi compañero, para hacer este trabajo que fue desarmar uno por uno los 314 tomos de la colección, para que en los talleres de digitalización de la Secretaría Legal y Técnica se lleve a cabo el proceso de escaneo”.
“La importancia de la digitalización de la colección a los fines de la investigación, del desarrollo de conocimiento, es que permite ver cómo evolucionaron los criterios y los principios que en un momento se plasmaron como parte del procedimiento administrativo y que los desarrolló en la Procuración, cómo se originaron y cómo fueron evolucionando con el transcurso del tiempo”, asegura Salgan Ruiz. “Y después, la digitalización lo que tiene es que cualquier persona desde una computadora o un teléfono digital, desde cualquier punto, no solo del país sino del mundo, puede acceder al contenido. Se tuvo en cuenta el acceso a la ciudadanía. No solo de los operadores jurídicos, los trabajadores de la Casa, gente perteneciente al Cuerpo de Abogados del Estado, sino también al vecino común, al trabajador que tiene inquietud de conocer un dictamen en el cual se le rechazó un recurso o se le otorgó una adicional. Es la
apertura del conocimiento a la sociedad en su conjunto”.
Por su parte, Castro Videla remarca la importancia de la tecnología en la actualidad: “antes para hacer una ficha de cada mes de dictámenes tardabas 20 días, hoy en día en dos días ya se cargó todo. Eso está bueno para tener la información al día, lo que es de utilidad para los abogados y para nosotros también en la búsqueda. El laburo manual, si bien estaba bueno, era engorroso porque era muy lento y la verdad que hoy en día necesitas tener la información de un modo casi inmediato”.
Consultados por la experiencia laboral, Salgán Ruiz asegura que la Procuración “es como una segunda familia, y es un lugar que me posibilitó muchas cosas: me permitió estudiar, trabajar, desarrollarme y avanzar en mi vida social”. Castro Videla comparte esta opinión: “es como una familia, es una parte importante de mi vida, me enseñó un montón de cosas y me hizo cambiar a mí también, en mi relación del trato con las personas. La verdad que está buena la convivencia con mis compañeros, eso es importantísimo en una oficina. Ya van 36 años y espero seguir unos años más, porque la verdad es que me gusta mucho”.
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