Por Redacción Broquel
Entrevista a María Alejandra Aybar, Directora del Servicio Jurídico del CONICET. “Entiendo que como miembro integrante del Cuerpo de Abogados del Estado tengo a mi cargo la defensa del principio de legalidad que rige al Estado como representante de la sociedad. Para mí es una responsabilidad que he tratado de ejercer con la mayor dedicación posible”.
Revista Broquel: ¿Desde cuándo trabaja en CONICET? ¿Cuáles son las actividades que realiza?
María Alejandra Aybar: Empecé a trabajar en el CONICET en el año 1988. Ingresé como profesional principal, que es parte de la carrera del personal de apoyo de CONICET. Y después fui desarrollando mi carrera como abogada acá, y desde el año 2001 soy Directora del Servicio Jurídico. De acuerdo con la Ley de Procedimiento Administrativo que nos rige, las acciones que llevamos adelante son emitir el dictamen jurídico previo a todos los actos administrativos, asesorar en los convenios de variada índole o transferencias de tecnología y ejercer la defensa del Organismo tanto en sede administrativa como judicial. Siempre hemos tenido una colaboración muy importante de todas las autoridades de CONICET. Aceptan nuestra opinión, nos la piden y la valoran, porque saben que de alguna manera somos los que los asesoramos para que ellos puedan guiar al organismo respetando la normativa vigente.
RB: ¿Cómo es un día común en el trabajo?
MA: Ha ido variando en estos últimos años, porque antes el día común era venir y estar ocho horas en la Dirección. La pandemia nos obligó a organizarnos de otra manera. Seguimos trabajando constantemente, quizás con mayor intensidad que antes, debido a la ejecución de fondos específicos para investigaciones relacionadas con COVID. Como por ejemplo el kit de diagnóstico del virus SARS-coV-2, el barbijo y tantos temas más. Porque había muchos avances en investigación para otros temas que sirvieron, para la prevención y tratamiento del COVID.
Hubo que pensar y ejecutar una organización distinta, con énfasis en el equipo, porque tratamos acá de trabajar como grupo. Si bien uno como director tiene la última palabra, porque soy la que firma el dictamen, tratamos de que sea todo en equipo. Se acuerdan los temas, se delibera. El énfasis en la tarea de conjunto nunca se perdió y sigue vigente hasta hoy, sin que la modalidad de teletrabajo o la presencial que rige hoy lo haya cambiado.
Seguimos siempre siendo un equipo.
RB: Esa coyuntura de pandemia, ¿trajo novedades? ¿Tuvieron que encontrar nuevas herramientas, construir nuevos espacios? ¿Como fue desde lo legal?
MA: Sí, por suerte teníamos todo el tema del expediente electrónico ya implementado. Que nos costó en un principio, porque a todos los que veníamos del expediente papel nos costó pasar al expediente electrónico. Rezongábamos. Pero la verdad que fue decisivo para el teletrabajo. Se generó un cambio profundo. Hoy los medios electrónicos son parte de nuestra vida. Hay reuniones presenciales, por zoom y también híbridas, lo cual ensancha nuestro campo de acción.
El subproducto positivo de la pandemia fue, sin dudas, la difusión y aprendizaje del mundo virtual.
Este aprendizaje ha sido importantísimo para esta Dirección en temas cruciales: La capacitación en la ECAE con sus posgrados y especializaciones, que es decisiva para el desarrollo y la actualización de los contenidos jurídicos; la comunicación mucho más intensa con nuestros centros de investigación que abarcan todo el territorio de nuestro país.
El contacto con los centros distantes, gracias a la virtualidad es mucho más intenso, más cotidiano y simple.
RB: ¿Qué importancia cree que tienen entonces la formación del Cuerpo de Abogados?
MA: Es fundamental para mí la formación. Y el ejemplo que tengo que dar yo como directora. Traté de estudiar siempre. Desde las especializaciones de la ECAE, hasta maestrías de propiedad intelectual en FLACSO. Todo lo que creo que es necesario acá, hay que estudiarlo. Nuestros abogados y abogadas han hecho maestrías en FLACSO también, de propiedad intelectual, porque CONICET tiene mucho relacionado con ese tema, y han hecho, te digo que casi todos y todas, alguna especialización en la ECAE. Además de los seminarios que venimos haciendo siempre, de actualización constante.
RB: ¿Cómo está constituido el equipo de trabajo?
MA: En el grupo de trabajo somos 12 abogados y abogadas. Está distribuido, tenemos tres departamentos que dependen de la Dirección. El departamento de Dictámenes, el departamento de Contencioso y un departamento Administrativo, que ahí no son profesionales. Los expedientes entran a un buzón global de la dirección y se distribuyen. Están los que dictaminan, están los que llevan juicios. Pero trabajamos siempre en conjunto y también con el Directorio, las Gerencias y el resto de las Direcciones.
Esto ha tenido un impacto positivo en los juicios, debido al respeto del Directorio por los dictámenes jurídicos, más allá de que nuestros dictámenes no sean vinculantes.
El diálogo con el Directorio y el respeto al Principio de legalidad ínsito en los dictámenes disminuye la conflictividad, y cuando la hay, los juicios se ganan porque el Conicet ha procedido de acuerdo a la ley.
Entonces se ha logrado todo eso, y es mérito de todos. Del Directorio de cada momento, de las Gerencias y demás Direcciones y del equipo de trabajo que tenemos.
RB: ¿Qué significa ser parte del Cuerpo de Abogados del Estado?
MA: Yo ingresé cuando me recibí, entonces para mí toda la vida fue el Cuerpo de Abogados del Estado. Al principio de mi carrera entre como profesional en el CONICET. El CONICET es primordial para mí. Está antes que cualquier organismo y de algún modo es mi vida profesional, al margen de los cambios políticos. Mi experiencia ha sido que el CONICET es un organismo extraordinario que me permitió aprender y desarrollarme como profesional. Al principio de mi carrera la política subvaloraba a la Ciencia y la Tecnología. Así que creo que eso ha cambiado, y ese cambio es muy importante para nuestro país. A su vez como integrante del Cuerpo de Abogados del Estado tengo a mi cargo la defensa del estado en el marco del principio de legalidad, que debe regir todos los actos administrativos, para constituirse en válido representante de la sociedad. Esa es mi responsabilidad, defender al estado cumpliendo la normativa. Tengo que velar por la verdad objetiva en el marco de la ley para que la actividad se desarrolle en el marco de la legalidad. Ese me parece que es mi objetivo como abogada del Estado.
RB: ¿Cómo analiza que es la relación con el Cuerpo y con la Procuración?
MA: La relación con la Procuración ha evolucionado muchísimo y creo que para bien. Al principio cuando recién ingresé al Cuerpo de Abogados del Estado, la relación era distante y remota. La calle Posadas era algo que no existía como posibilidad. Eso fue cambiando y hoy existe el diálogo que muchas veces es imprescindible para entender las circunstancias de cada caso. Esto implica de algún modo un respaldo, más allá de que la Procuración es finalmente quien marca el camino que debemos seguir. Nosotros dependemos como empleados del organismo, pero jerárquicamente es la Procuración la que nos marca el camino que tenemos que seguir. Y antes era como algo allá intocable y que no existía casi para nosotros. Ahora es bárbaro porque sabes que ellos están y podés participar.
RB: Si tuviera que destacar alguno o algunos hechos relevantes en los que le toco participar, en torno al organismo y que para la ciudadanía haya sido importante, ¿qué hechos podría mencionar?
MA: La actividad jurídica determina el marco de legalidad imprescindible para el trabajo de cualquier organismo. Nuestra actividad es de sustento normativo para que se pueda hacer lo que se necesita y de marco legal para que la acción del organismo no viole el principio de legalidad.
O sea que el organismo ejecuta; nosotros sustentamos y enmarcamos la acción.
Por ello atrás de la actividad intensa del Conicet, en la investigación, en las alianzas con el sector privado, en los derechos intelectuales, en toda la actividad del Conicet siempre estamos interviniendo.
Es difícil que sea palpable para el común de la gente lo que se hace en el sector jurídico.
Nuestra actividad es por definición abstracta, pero está atrás de todos los proyectos. Por ejemplo, durante la pandemia estuvimos a full con el tema de los barbijos, con el tema del kit de diagnóstico del virus SARS-coV-2 también. Porque hoy nos parece fácil, todos detectan en seguida, pero al principio no había ni cómo detectar quien estaba contagiado. No sé qué puede ser desde lo jurídico, porque es medio abstracto en estas cosas. Sí que seguimos trabajando, no hubo descanso para nadie.
La actividad jurídica fue muy intensa durante la pandemia, tan intensa como la de todo el Conicet.
RB: Si tuviera que comentar las especificidades de su trabajo en el CONICET, ¿cuáles son los elementos más puntuales que referencian este asesoramiento jurídico de los demás?
MA: Diría que la diferencia específica es el derecho de propiedad intelectual, el desarrollo de las patentes. Participamos en el tema de los convenios de transferencia de tecnología, las licencias de las patentes y también en la vinculación con el sector privado, licenciando a empresas para que puedan ejecutar los desarrollos tecnológicos del Conicet. Por supuesto que también es intensa la vinculación con el sector público.
CONICET es multifacético. Acá como servicio jurídico vemos todo. Los convenios con Universidades, los contratos y la ejecución de obras. Porque es bueno que lo diga: los Directorios del Conicet siempre han cumplido con la exigencia de nuestra ley de procedimiento administrativo, en cuanto requiere que todos los actos administrativos estén fundados jurídicamente. Nuestra actividad tiene una enorme amplitud; convenios con el BID, para obras y adquisición de equipamiento, hay una oficina de importaciones porque hay equipo que se importa; además de todos los temas de empleo público, todo lo relacionado con la Carrera de los Investigadores y del Personal de apoyo a la Investigación, y los becarios y becarias. Se impulsó muchísimo y se logró que los becarios y becarias tuvieran mejores y más derechos de los que tenían antes.
RB: Siendo el CONICET tan importante para la Ciencia en el país, ¿es este ámbito jurídico también un espacio de consulta?
MA: Tenemos un programa de Ciencia y Justicia en el ámbito de la Gerencia de Asuntos Legales con acuerdos con los tribunales de las diferentes jurisdicciones. No como Servicio Jurídico, sino que brindamos servicios técnicos y además se puso a disposición del Registro de Consultores y Colaboradores Técnicos (RECCOT) toda la base de datos de nuestros investigadores e investigadoras. Por supuesto que si hay una consulta nosotros la atendemos, pero nuestro asesoramiento es más hacia adentro.
RB: Antes decía el vínculo con las universidades, ¿cómo servicio jurídico también tiene un vínculo en ese sentido?
MA: Es más un vínculo del Organismo y nuestra tarea es el control de legalidad.
MA: Más que agregar enfatizar dos cuestiones de las que ya hablé: la primera la satisfacción y el orgullo de trabajar en el Conicet, un lugar en el que aprendí tanto. La segunda este cambio que señalé en la Procuración, que es un verdadero acercamiento de colaboración, sin olvidar nunca que la doctrina finalmente la establece la Procuración.
La creación del Cuerpo de Abogados y Abogadas del Estado ocupó un lugar central en el Primer Plan Quinquenal, experiencia de planificación que marcó un punto de inflexión en la historia argentina, transformando la forma de concebir al Estado y sus funciones. Revista Broquel recorrió los archivos de la Hemeroteca del Congreso de la Nación y de la Biblioteca Nacional para reconstruir cómo la prensa de época cubrió el proceso de aprobación de la flamante estructura que inauguró una nueva era en la defensa de los intereses de la Argentina.
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