ENTREVISTAS

“Queremos que todos los que quieran aprender a programar puedan hacerlo”

Por: Federico Visacovsky
Imágen: María Apólito 

María Apólito, Subsecretaria de Economía del Conocimiento del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, explicó en qué consiste la nueva ley de Economía del Conocimiento y el proyecto Argentina Programa, una propuesta gratuita que hace foco en los sectores más desfavorecidos y que tiene por objetivo generar empleo en blanco y de calidad, en uno de los sectores con mayor demanda laboral del mercado.

Revista Broquel: ¿Cómo surge Argentina Programa? ¿Cuáles son sus objetivos?

María Apólito: Aparece porque hay una necesidad latente, sobre todo de los sectores del software, servicios informáticos y profesionales, de más trabajadores. El sector del software tiene unos 9.000 empleos sin cubrir. Desde el momento en el que arrancamos la gestión nos pidieron que tengamos en cuenta esta necesidad. El sector crece si hay recursos humanos calificados. Argentina Programa comenzó como una prueba piloto muy chiquita y tuvo una enorme demanda e interés. Entonces, nos pareció que teníamos que hacer una Argentina Programa Universal, que sea un derecho, que todos los que quieran aprender a programar puedan hacerlo a través de un programa gratuito. En aquella primera inscripción, realizada en noviembre de 2020, tuvimos 160 mil preinscriptos, y luego terminaron la inscripción 65 mil. Hoy estamos casi en 400 mil personas. Claramente es una temática de mucha demanda y que interesa. Es una oportunidad laboral interesante. No tenés que tener necesariamente estudios previos en estos temas. Nuestra intención es que Argentina Programa sea un medio para mejorar las posibilidades de empleo de los argentinos y las argentinas.

RB: Esto es ponderar el rol del Estado como agente igualador de oportunidades

MA: Yo creo que es poner el rol del Estado en el lugar que me parece que esta gestión busca siempre, que es tratar de igualar oportunidades, y que los últimos tengan las mismas oportunidades que los primeros. Cursos para aprender a programar en los lenguajes que necesita la industria hay miles: muchos pueden costar hasta 150 mil pesos. Claramente, lo que hace el Estado es enseñar a programar para que haya gente que tenga la posibilidad de acceder a un empleo en blanco y con un salario 35 o 40% más alto que otros sectores. Es poner al Estado en un  rol activo para igualar oportunidades para generar empleo de calidad.

RB: ¿Qué tipo de búsquedas realizan las empresas de este rubro?

MA: Necesitan un poco de todo. Lo que hace Argentina Programa, al igual que otros planes a nivel municipal o provincial, es ampliar la base de gente interesada y capacitada en los lenguajes básicos de programación. Por supuesto que el entrenamiento final lo da la empresa en función de los proyectos que desarrolla. Ahí hay una especie de lo que se llama “última milla”: como las empresas entrenan a los recursos humanos juniors. Por otro lado, tenemos que tener muy en clara la estrategia de retención de los talentos más senior. Hay un millón de puestos seniors sin cubrir en todo el mundo. Hay una competencia enorme entre todos los países, porque además, como se puede trabajar desde cualquier lugar del mundo, hay una competencia global.

RB: ¿Cómo tienen pensado mitigar la fuga de talentos?

MA: Hay distintos esquemas. Uno tiene que ver con un esfuerzo privado para mejorar esos salarios para que esos talentos sientan que trabajar en una empresa argentina también es atractivo. Después, hay una cuestión de incentivos que tienen que ver con que un trabajador en una empresa argentina siempre tenga posibilidades de crecimiento, ya que está  bajo el paraguas de una empresa que mira hacia el futuro. Y después, puntualmente, la Ley de Economía del Conocimiento hace una rebaja del 70% en los aportes patronales. Parte de ese esfuerzo que hace el Estado en el descuento de las contribuciones patronales podría ser, de alguna forma, desviado a mejorar los salarios. Es un tema macroeconómico que el país tiene que resolver. Hay una lucha feroz a nivel global. Lo que haga Argentina ayuda, pero que no va a evitar que haya propuestas tentadoras desde otros países.

RB: En la Argentina, más del 40% de las personas son pobres. ¿Cómo puede incluirse a una población que ni siquiera tiene las necesidades básicas satisfechas?

MA: Vamos a empezar por aquellos que tienen menos oportunidades. Por ejemplo, estamos cruzando las bases con el programa Potenciar Trabajo. Aquellos que se han inscripto en ambos programas serán los primeros en recibir la capacitación y las vacantes.  A esa gente el Potenciar Trabajo le va a dar un plus y, además, podrán recibir un subsidio de 100 mil pesos para la compra de computadoras y la posibilidad de que ENACOM les de tarjetas para datos móviles. Entonces, todas esas personas que estén desempleadas, no tengan ingresos o sus ingresos familiares sean inferiores a tres salarios mínimos, tienen acceso al subsidio. También trabajamos con grupos minoritarios, como LGBT o personas que se recuperan de adicciones. A toda esa gente le damos prioridad en el ingreso de las vacantes y les aseguramos el subsidio para la compra de computadora y los datos móviles.

RB: ¿Qué impactos tuvo la Ley de Economía del Conocimiento? ¿Qué prevén para el futuro?

MA: El impacto es súper positivo. Tenemos 2000 empresas que están en una fase de inscripción, de las cuales unas 635 ya la completaron. En general, se trata de empresas de software que tienen un esquema diferencial para ingresar a la nueva Ley de Economía del Conocimiento. También tenemos algunas empresas satélites, biotecnología y audiovisual. Calculando que la Ley de Software, que estuvo durante 15 años y tuvo en su pico máximo unas 550 empresas, hoy tenemos un número más que promisorio. La ley tiene 10 años de vigencia.

RB: ¿Cómo ha sido el impacto de la Ley de Economía del Conocimiento en términos de generación de empleo, inversiones y exportaciones?

MA: El empleo en el sector de Servicios Basados en el Conocimiento creció un 6,3% interanual en junio. Durante la pandemia no bajó y todo lo que haya aumentado en 2021 es empleo incremental. Hubo muchos anuncios de inversiones con localizaciones a nivel federal, como el caso de Globant o Walla, en Tierra del Fuego o en Chaco, o la empresa Tisoft, en la Rioja. El esquema de trabajo es que no es necesario que uno pierda el arraigo de su tierra o el lugar en el que vive. Eso está bueno porque genera empleo de manera federal.

RB: ¿Cuál es la apuesta a futuro?

MA: Aspiramos a que en 2030, cuando el régimen tenga 10 años cumplidos, tengamos al menos a 500.000 trabajadores. Hoy estamos en 300 mil. Respecto de las exportaciones queremos duplicarlas, de 6 mil millones a 12.000 millones de dólares. Queremos pasar de ser el tercer complejo exportador a ser el segundo. Tenemos la ventaja de que no se gastan divisas. Es todo talento. Yo entiendo que vamos a tener que reacomodar los números porque vamos a estar cumpliendo esto a mitad del régimen.

RB: ¿Cómo puede mantenerse este proyecto a lo largo del tiempo sin importar el color del gobierno que esté al frente?

MA: La Ley de Software se mantuvo durante 15 años. La Ley de Economía del Conocimiento tiene una previsibilidad de 10 años. Yo entiendo que ningún gobierno puede pensar que esta sea una ley que haya que derogar. Si se puede ajustar o perfeccionarse. Una política de economía del conocimiento va más allá de una ley. Creo que ahí sí puede haber diferencias entre gobiernos. Para que una política de economía del conocimiento sea exitosa se necesita tener claridad sobre la necesidad de fortalecer un sistema de ciencia, tecnología e innovación, cosa que no tienen todos los gobiernos. Hay que fortalecer el sistema educativo, técnico y universitario. Es algo que está muy presente en los discursos de algunos espacios políticos, pero en la realidad no apuestan con  medidas ni presupuestos concretos. Si debilitamos nuestro sistema de ciencia y técnica y nuestro sistema universitario son pocas las posibilidades que tenemos de sostener una política de economía del conocimiento. Por otro lado, la economía del conocimiento, además del software, incluye nanotecnología, biotecnología, industria 4.0, satelital, y también la posibilidad de que empresas, a través de estas actividades, mejoren procesos productivos para ser más competitivos. Por lo tanto, también del otro lado es fundamental tener un modelo industrial nacional, donde estas actividades puedan insertarse exitosamente, para que nuestro aparato productivo y nuestro sistema productivo sean competitivos a partir de la incorporación de conocimiento. Entonces, si tenemos en una punta el sistema universitario y en la otra el sistema productivo, ambas separadas, yo creo que no hay política de economía del conocimiento. 

RB: ¿En que rubros Argentina se encuentra en una situación más ventajosa?

MA: En los temas de servicios informáticos, desarrollo de software y servicios profesionales estamos en una excelente posición. Claramente, ayuda la visibilidad que nos dan nuestros once unicornios. Siempre insisto que son importantes, por más que tengamos muy buenas PYMES. Tener  visibilidad internacional a través de los unicornios potencia todo el sistema. Somos muy buenos en el sector audiovisual, aunque tuvimos una baja durante la pandemia. Tenemos mucha capacidad en biotecnología, tanto en agro como en salud; no en vano hay convenios para transferir vacunas covid, tanto la de Sputnik como Pfizer y Moderna. Somos muy buenos en sector satelital. Creo que  tenemos que fortalecernos en nanotecnología y soluciones 4.0. Tenemos muchas posibilidades. Nos falta dar una vuelta de tuerca y aprovechar lo que viene del lado del software y la electrónica para generar soluciones 4.0, servicios geológicos y de prospección minera. No tenemos empresas que estén mirando ese rubro. Hay bastante para crecer y consolidar y que sean nuestros sectores emblema.

* La Ley de Economía del Conocimiento, que fue sancionada en octubre de 2020 y reglamentada por el Poder Ejecutivo en diciembre pasado, apunta a promover nuevas tecnologías, generar valor agregado, fomentar el empleo de calidad, facilitar el desarrollo de PyMES y aumentar las exportaciones de las empresas que se dediquen a servicios basados en el conocimiento. Entre los principales beneficios que ofrece este régimen de promoción se destaca la reducción de manera segmentada del Impuesto a las Ganancias según el tamaño de la empresa; una rebaja de hasta 70% en las contribuciones patronales y un alícuota del 0% de derechos de exportación de servicios.

Los servicios basados en el conocimiento en números

  • El empleo en el sector de Servicios Basados en el Conocimiento creció 6,3% interanual en junio,el incremento más alto desde agosto de 2011. Se sumaron 21.389 puestos en un año.
  • La industria del software tiene 120 mil empleados. El sector tiene una demanda insatisfecha de 10 mil puestos por año.  
  • Al menos 323 mil personas se dedican a servicios profesionales de exportación.
  •  Antes de la pandemia, la biotecnología empleaba a 40 mil trabajadores. Hoy esa cifra sería mayor.
  • La industria audiovisual genera 9.000 empleos.

Las opiniones expresadas en esta nota son responsabilidad exclusiva de la autora y no representan necesariamente la posición de Broquel.

COMENTARIO AQUÍ