OPINIÓNTAPA

Los fantasmas del odio

Por: Fernando Signori*
Imagen: Esquemas, Rómulo Macció, MNBA

“Hoy en día en todas las redes y medios existen bots que replican comentarios, trolls que multiplican perfiles sin identidad, odiadores que replican lo que un robot ha dicho o construido. Necesitamos comenzar a tener un lugar para hacer ver estos fantasmas del odio, que tengan nombre y nos den lugar a contestarles por nuestro derecho a la discusión y al diálogo”.

Poco podemos verlo, o sentirlo, pero sigue ahí porque nunca lo dejamos ni lo hemos olvidado. Es un sentimiento, es verdad, que podemos usar de diversas maneras, pero es cierto también que son muy pocas las historias de superación a través del odio.

Durante unos minutos, si usted está dispuesto a leer esta nota, vamos a recorrer el pequeño gran mundo del ODIO creado por algo externo a usted, algo que vea, lea o escuche en una pantalla que tenga al alcance de la mano. Un simple trampolín visual que generará un desencadenamiento en nuestro pensar y pronto, sin análisis alguno, nos hará caer en una trampa oscura y peligrosa, de la que sólo nos puede sacar nuestra capacidad de comprender cada situación allí expuesta.

A diario y sin ningún miramiento el odio se hace presente en las redes sociales y medios de comunicación de variada índole, pero necesariamente debe llegar a tu dispositivo portátil. Allí, cada vez que revisamos la extensa cantidad de noticias, informaciones, declaraciones o lo que nos guste mirar, nuestro pensamiento lo encuentra, lo mastica y luego escupe con toda la fuerza de su respuesta.

Podría ser cualquier titular de cualquier sección de noticias, podría ser una imagen, pero todo esto debe contener la intención de dividir pensamientos, no desde la opinión ni tampoco desde el diálogo sino desde el odio. Donde nadie se encuentra, donde la discusión ya está armada en ataque y defensa, donde no hay lugar a emparejarse al otro, donde ya no queda acción constructiva.

El hecho es que gran parte de los argentinos y las argentinas estamos divididos, y esta división va más allá de un partido político. Han logrado dividirnos en un pensamiento clasista y racista del que no nos estamos despegando, en el cual nos está siendo cómodo permanecer y así, seguir odiando, primero por convicción externa y luego haciendo lo propio de vomitar todo el odio posible a lo que tengamos a mano.

Si se han preguntado cuándo sucedió, no hay momento, siempre estuvo ahí, por el solo hecho de ser humanos siempre estará allí. Lo que está creciendo exponencialmente es la capacidad de analizar y reconocer lo que cada uno de nosotros necesita para seguir odiando y luego dividiendo a la población, ya sea argentina o de cualquier país del mundo.

Sin ir más lejos, a principios de 2018 en la red social Facebook fueron cosechados sin consentimiento alguno los datos personales de millones de sus usuarios por la empresa Cambridge Analytica, para luego ser usados predominantemente en campañas de publicidad política. En este caso no solamente los datos de los usuarios fueron cosechados, sino también los de sus amigos en la red social.

Un caso donde fueron utilizados estos datos fue el del Brexit, donde la empresa Cambridge Analytica fue supuestamente contratada como consultora del Partido de la Independencia del Reino Unido durante 2016, como un esfuerzo para convencer a las personas de que apoyen el Brexit. Estos hechos se dieron a saber a partir del resultado de unos correos electrónicos filtrados que se enviaron entre la firma británica y el parlamento británico, donde se entendía que la consultora proporcionó el conjunto de informaciones que utiliza leave.eu para crear bases de datos, las cuales ayudaron, acompañadas junto al estudio de focus groups de personas reales, a inducir a la población participante en una votación democrática a inclinarse por dejar la Unión Europea mediante anuncios racistas, clasistas o de odio al otro, a lo que no debes elegir.

Hoy en día en todas las redes y medios existen bots que replican comentarios, trolls que multiplican perfiles sin identidad, odiadores que replican lo que un robot ha dicho o construido. Necesitamos comenzar a tener un lugar para hacer ver estos fantasmas del odio, que tengan nombre y nos den lugar a contestarles por nuestro derecho a la discusión y al diálogo. Necesitamos hablar virtual o presencialmente y no contestarle a un titular, a un bot, a un aparato electrónico cargados de furia.

Con el odio eterno no construimos nada humanamente posible, no construimos democracia, no damos espacio a nadie, ni siquiera al que odia lo mismo que yo, ya que al otro día me odiara a mí mismo porque no hay espacio para la equivocación. No hay lugar para diferenciarse en un ápice del pensamiento del otro, no hay un “ser el otro”, en el fondo no queda nada, solo seguir odiando.

Sabemos que la humanidad se ha deshecho con el tiempo de todas las campañas de odio que le han impuesto y es hora de abrir los ojos ante la arrogancia masiva de información que cada segundo nos invade, es hora de utilizar nuestros medios de comunicación propios, es hora de usar nuestra palabra y nuestra capacidad de análisis. Llegó el día donde debemos comenzar a entendernos y llevar adelante juntas y juntos algo que tenemos en nuestro interior, nuestra humanidad.

*Diseñador Gráfico

Las opiniones expresadas en esta nota son responsabilidad exclusiva del autor y no representan necesariamente la posición de Broquel.

Comentarios(2)

  1. Patricio Piffaretti

    Totalmente de acuerdo, muy bueno Fernando.
    Felicitaciones!

  2. Felicitaciones Fernando!
    Tiempo de respetar la diversidad y crecer como humanidad.
    Adelante!!!

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