Por: Redacción Broquel
Los días sábado 30 y domingo 31 de octubre en la Ciudad de Roma, se llevó a cabo una nueva Cumbre del G20. Hacemos un repaso del papel que tuvo la delegación argentina en las principales intervenciones del presidente Alberto Fernández y la posibilidad de haber plasmado las necesidades llevadas a la Cumbre en el documento final.
El presidente desarrolló una nutrida agenda que incluyó dos exposiciones ante el plenario y distintas reuniones bilaterales. Expuso en las sesiones “Cambio Climático y Medio Ambiente” y “Desarrollo Sostenible”, que se desarrollaron con el eje central puesto en la recuperación global post pandemia.
El gran objetivo del gobierno argentino en esta Cumbre fue que el G20 se pronuncie críticamente sobre la actual arquitectura de sistema económico y financiero global, haciendo énfasis en la responsabilidad de organismos como el Fondo Monetario Internacional. En este sentido y en su discurso de apertura, que duró tres minutos, el presidente Alberto Fernández mantuvo una tónica fuerte y estuvo centralmente dirigido a la negociación por la deuda a cien años con el FMI, contraída por el gobierno del ex presidente Mauricio Macri. “No hay inocentes en esta historia. Son tan responsables los que se endeudaron sin atender las ruinosas consecuencias sobrevinientes como los que dieron los recursos para financiar la fuga de divisas en una economía desquiciada”, sostuvo el mandatario. “Que nadie se confunda. No vengo a renegar del capitalismo. Vengo a alzar mi voz contra los que han sometido al capitalismo de la producción y el trabajo a la lógica de la especulación financiera. La ética social debe darle contenido a la economía”, fue otra de las frases más relevantes de su exposición.
La necesidad de conseguir una reducción de las sobretasas que paga el país por haber recibido un préstamo que superó el porcentaje de participación que tiene la Argentina en el FMI, y que representa cerca de mil millones de dólares adicionales por año, es un punto central de la negociación que el Gobierno mantiene con el organismo para reestructurar la deuda de US$ 45.000 millones.
Esta necesidad que no solo compete a nuestro país, sino también, al resto de los países que contienen deudas con el organismo, se vio plasmada en el documento final de la Cumbre: “Los líderes del G20, refirmando el pedido de sus ministros de Finanzas del 13 de octubre, solicitaron al Fondo Monetario Internacional que revise su política de sobrecargos, en sintonía con el reclamo que viene haciendo la Argentina”. Además, se pidió la creación de un Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad para brindar financiación “asequible a largo plazo” a los países de ingresos medios y bajos.
En su intervención durante la segunda jornada final de la Cumbre, cuya temática fue “Cambio Climático y Medio Ambiente”, Alberto Fernández propuso “canjear deuda externa por acción climática” y consideró claves “las menores tasas y plazos de pago más extensos”. Sin titubeos, señaló que “sin multilateralismo ambiental estaremos corriendo todos hacia el abismo” y sostuvo que “la justicia ambiental requiere justicia financiera global“. En este sentido, reafirmó que “son los países desarrollados quienes más se beneficiaron del uso intensivo de los recursos ambientales del planeta durante los últimos siglos” y por eso hizo hincapié en que resulta esencial “el concepto de responsabilidades comunes pero diferenciadas”.
Los países líderes confirmaron que seguirán trabajando en opciones para ampliar significativamente la canalización voluntaria de parte de los Derechos Especiales de Giro (DEG) asignados para ayudar a los países vulnerables, de acuerdo con las leyes y regulaciones nacionales. En una conferencia en Edimburgo frente a periodistas argentinos que acompañan la gira, el presidente resaltó “el vínculo que logramos con Europa, con Alemania, Italia, España y Francia es muy importante para nuestros planteos ante la comunidad internacional financiera“
Concretamente, el día sábado 30, Alberto Fernández recibió el apoyo en reuniones bilaterales, llevadas a cabo en el Centro de Convenciones La Nuvola de Roma, de la canciller federal alemana, Ángela Merkel; el presidente de Francia, Emmanuel Macron y el presidente del ejecutivo español, Pedro Sánchez; en torno a la renegociación de la deuda argentina con el FMI y el Club de París.
El mandatario expresó: “Nosotros lo que hicimos en los tres discursos fue marcar los problemas de financiamiento que va a atravesar el mundo después de la crisis del coronavirus, entre ellos la Argentina”. Y amplió: “Quisimos advertir que estamos ante un problema económico de gran seriedad, de enorme desigualdad, que esa desigualdad reclama financiamiento y que ese financiamiento el mundo desarrollado lo tiene cubierto”; “es evidente que Argentina no puede pagar 19 mil millones de dólares el año que viene”, y explicó que se está trabajando para “lograr un acuerdo que sea sostenible, que no se postergue el desarrollo” y no se imponga un plan que “cueste socialmente” sino “que se pueda cumplir en el tiempo”.
Fuentes: Télam; Página12; Ámbito; Tiempoar
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