Por: Gonzalo Mir y Paula Hansen
Entrevista a Patricio Ferrazzano, Director Nacional de Mediación y Métodos Participativos de Resolución de Conflictos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. “No es solo lo vecinal, sino que se abordan un montón de otras cuestiones que por ahí en comunidades que son más alejadas, no tienen posibilidad de encontrarse con un juzgado, con un juez de paz, o ir a reclamar asuntos determinados a la justicia”.
Revista Broquel: Para empezar, ¿qué son los centros de mediación comunitaria?
Patricio Ferrazzano: Los centros de mediación que nosotros propiciamos con la red federal, son centros de mediación comunitaria. Con lo cual casi todos los conflictos, en general, van a ser conflictos comunitarios que tienen que ver con cuestiones de índole comunitaria como temas sobre vecindad, condominio o ruidos molestos. Incluso hay algunas cuestiones de violencia, porque son los intermediarios entre por ahí la convocatoria a la policía, las fuerzas policiales y este mediador que intenta resolver el conflicto. No es solo lo vecinal, sino que se abordan un montón de otras cuestiones que por ahí en comunidades que son más alejadas, no tienen posibilidad de encontrarse con un juzgado, con un juez de paz, o ir a reclamar asuntos determinados a la justicia. Entonces tiene que ver mucho la impronta de la jurisdicción, de la localidad y sobre todo de ese centro en particular, como aborda las cuestiones y a qué temáticas hace más hincapié. Incluso en algunos lugares, se tratan asuntos de pueblos originarios. Nosotros le damos mucha importancia porque todo lo que tiene que ver con la red federal, al ser justamente una red federal que abarca todo el país y casi todas las provincias, cada uno le pone su condimento muy natural del lugar, de la región. Entonces para nosotros es muy importante respetar la idiosincrasia del lugar.
RB: ¿Cómo se lleva adelante el abordaje de los conflictos?
PF: En general siempre tenemos una guía, un manual de buenas prácticas de mediación y de mediación comunitaria. Esa guía es la que nosotros distribuimos y, en general, la que los centros aplican. Además los capacitamos en base a ella. En principio debería ser más o menos lo mismo, pero tiene que ver también el centro de donde proviene. No es lo mismo un centro que está creado en el ámbito de una universidad, porque el conflicto va a ser distinto, y el abordaje va a ser diferente, porque la temática también del conflicto es distinta y por otro lado quien es el que lo aborda. Los mediadores tienen cada uno su impronta.
Más allá de eso, haciendo especial referencia al ámbito, tenemos mediaciones prejudiciales y comunitarias, por ejemplo, en el ámbito dentro del Servicios Penitenciario Federal. Con lo cual el abordaje siempre tiene que ver con si la persona viene desde afuera y solicita una mediación, por ejemplo prejudicial o comunitaria, porque en el caso que sea prejudicial, quiere instalar un régimen de comunicación con el progenitor que se encuentra detenido privado de su libertad, o si la persona que se encuentra privada de su libertad, pide un régimen por ejemplo de comunicación para ver a sus hijos y se lo requiere a la progenitora o progenitor que se encuentra afuera, en libertad. Nosotros en ese caso en particular, nos desplazamos. Tenemos un equipo que viaja a todos los centros federales y se toman las mediaciones en ese lugar.
Consideramos que siempre hay que tener una mesa de entrada general. En esa mesa donde entran los casos de mediación, incluso la persona que va a tomar la recepción del caso, en general es mediadora o tiene una aproximación con las ideas de la mediación, herramientas. Son personas que están capacitadas porque tienen que saber si el caso es mediable, si puede ser tomado ahí o tiene que ir a otra instancia, por ejemplo judicial, o si hay un delito y tiene que ser derivado a la justicia penal. Una vez que entra la recepción del caso, en general se le asigna un mediador, y acá tiene que ver mucho con la estructura edilicia o la estructura que le hayan puesto dentro del centro de mediación. Una vez que se le asigna un mediador, éste cita en general a la parte que le ha hecho la solicitud, que en ese caso es el requirente, le pregunta algunas circunstancias del caso, cita al requerido y según la modalidad, según la temática, muchas veces en las provincias ya se instauró el sistema presencial, con lo cual se pueden hacer mediaciones que, cuando son comunitarias, no hay necesidad de patrocinio letrado. Entonces, se pueden citar a las partes a hacer la mediación, y él es un tercero que va a estar dentro, para dirigir la conversación y poder llevar adelante un acuerdo. En general se busca lograr pequeños acuerdos para poder terminar con un acuerdo general. Puede tomar también entrevistas privadas, es decir, pedir una de las partes que se retire para poder tener una entrevista para contarle la apreciación o cómo puede seguir dirigiendo la mediación y así con la otra parte.
RB: ¿Cuándo se crea la red de centros de mediación comunitaria, cómo se incorporan nuevos centros comunitarios, y una vez que se incorporan, como se consolidan las articulaciones institucionales?
PF: En el año 2012 se crea la red de centros de mediación comunitaria y de formación escolar, con dos redes diferenciadas en la misma resolución y que, si bien son unidas, pueden ir por separado. Esto implica que cada provincia o municipio, porque en principio la red está destinada a municipios, a gobiernos provinciales, a entidades como ONG, y hasta universidades o escuelas, pueden añadirse a cualquiera de las dos redes, es decir, a la de formación escolar o a los centros de mediación comunitaria. Tenemos por ejemplo universidades que son miembros de esta red, y han decidido crear un centro de mediación comunitaria para las cuestiones universitarias. Porque todo lo que tiene que ver con la cuestión comunitaria, en general, no atañe a lo perjudicial o a lo judicial. Si bien puede serlo, es decir, una cuestión comunitaria puede transformarse en una cuestión judicial; o puede ya serlo y que por una cuestión de elección de vía vaya a lo comunitario, en definitiva, se decida ir por ese lugar o ese camino porque la provincia, el municipio, la universidad, decide tratar esos tipos de conflictos a través de esa herramienta. Entonces una vez creada esta red, los distintos miembros que pueden solicitar a través de la Dirección de Mediación unirse a esta red, a través de una firma de convenios, suele hacerse entre las autoridades máximas del ministerio, en este caso el ministro de justicia, y por ejemplo una tendencia a través de su intendente, o una universidad a través de su rector.
RB: Entendiendo que cada región puede presentar problemáticas distintas, ¿qué podría comentarnos respecto a esas experiencias de trabajo federal?
PF: Nosotros decidimos retomar los encuentros nacionales. Dentro de esos encuentros (no solo los nacionales, sino los regionales), como NOA, NEA, Centro, Cuyo; un poco la modalidad es que el primer día se hacen paneles. Esos paneles representan a determinados lugares, pero que sean representativos para nosotros. Por ejemplo, la otra vez en Salta hicimos mucho hincapié en la problemática que tiene con la situación de los Pueblos Originarios porque servía, en definitiva, para otras provincias. Esto era además transmitido por vía streaming. Le servía de experiencia a otras provincias como Chubut, Catamarca y determinados lugares donde tienen cierta problemática y lo pueden abordar. Si bien los conflictos son de índole comunitario, a veces intervienen otros cuerpos como por ejemplo cuerpos judiciales que pueden tener injerencia dentro del conflicto, pero si el mediador está suficientemente capacitado, puede llevar adelante el proceso. Y como ha pasado en otras regiones que el mediador de ese centro comunitario, es convocado por otros organismos. Y si bien nosotros tenemos un equipo de facilitadores dentro de la Dirección que puede ser convocado, a veces las cuestiones que son de la región muy específicas, la va visualizar mejor el lugar o el centro de mediación que tenga ahí.
RB: ¿En qué consiste esa asistencia técnica?
PF: En general el convenio que se firma por un lado son obligaciones recíprocas. En primer lugar, ellos se obligan (la provincia, la entidad que solicite suscribir el convenio) a crear un Centro de Mediación y nosotros a capacitarlo y ayudarlo. Nosotros técnicamente en lo que refiere a cuestiones normativas o legales, porque también hacemos asesoramiento, por ejemplo, en Chaco nos solicitaron hace poco, y en San Juan, ellos querían tratar el tema de la mediación comunitaria. Entonces estamos diagramando con ellos la Ley que van a proponer desde el Poder Ejecutivo para crear la Ley de Mediación Comunitaria. En Chaco hicieron una Ley de Mediación Integral donde también asistimos técnicamente, todo dentro o enmarcado dentro del Convenio de Cooperación. Entonces, en definitiva, la idea es que ellos crean un Centro con una estructura, que nosotros también podemos verificar y, de hecho, hacemos nuestros aportes en lo que tiene que ver con la cuestión edilicia, porque tenemos un equipo de arquitectos que tiene determinada especificaciones técnicas para los lugares, lo que consideramos que tiene que ser óptimo, las cuestiones de privacidad, los sonidos, los decibeles, todo eso que nosotros tenemos ya analizado, se envía para que ellos puedan hacer la construcción y oficiamos de una especie de supervisores de ese proyecto.
Y, por otro lado, nos comprometemos, más allá de todas estas cuestiones, a capacitar a los primeros mediadores. Una vez que ellos ya tienen mediadores formados y pueden ser formadores de formadores, el Centro tiende a tener ya su vida propia y puede desplegarse por la Provincia. El mejor ejemplo de esta extensión de la Red Federal se está dando en provincias como Chaco y San Juan, que fueron los últimos encuentros que hicimos. En Chaco quedó una red propia de esta red, es decir una subred de la red federal de centro de mediación. A través de esta firma de convenio ellos propiciaron con todas las intendencias de las localidades de Chaco, crear Centros de Mediación en todos los municipios. Crearon centros de mediación comunitaria en los municipios con una firma de un convenio. Los mediadores son los mediadores que formó la Dirección de Mediación. Con lo cual esa interrelación que nosotros logramos es: el Estado Nacional capacitó a todos los mediadores de los Centros de la provincia, y ellos además desplegaron algunos personales que consideraron que tenían que estar en ese lugar en los municipios. Esa interred que se creó es la mejor expresión de lo que nosotros estamos buscando hoy.
RB: ¿Quién puede ser mediador comunitario? ¿Qué formación previa o que requisitos hay que tener? Es decir, ¿cómo piensan la estructuración de los equipos de los centros de mediación?
PF: En general eso ya está estamentado. No es lo mismo el requisito que nosotros tenemos en CABA para el mediador prejudicial, que tiene que ser abogado particularmente acá en CABA. En otras provincias no se necesita ser abogado, son válidas otras profesiones. Sin embargo, para el mediador comunitario no se requiere un título específico porque justamente muchas veces lo que se busca con el mediador comunitario es que sea un referente de la zona, del barrio, y que más allá de que tiene que tener un componente componedor o tener determinadas características personales para poder arribar a consensos, por así decirlo, no requiere una capacitación específica más allá de la que nosotros le damos que es similar a la actual hoy vigente para mediador prejudicial. Porque tiene una carga horaria alta. Son aproximadamente 100 horas y con un gran componente de horas prácticas. Tan es así que la última etapa en el Centro de Mediación es, una vez construido o una vez puesto en marcha, ellos tienen que hacer una pasantía donde ellos hacen una mediación o una co-mediación junto a los tutores. Con eso terminan y se les da el certificado de que ya son Mediadores Comunitarios.
RB: Antes mencionaba que la red se creó en 2012, ¿qué cambios y continuidades a lo largo de todo este periodo puede identificarnos?
PF: En general los primeros momentos del año 2012 tuvo una muy buena recepción. Antes de la pandemia, cuando la política o la gestión no fue ir hacia lo comunitario, flaquearon un poco las capacitaciones comunitarias y también la extensión de la red. Desde que nosotros llegamos en esta gestión a ponerle un poquito más de hincapié a la cuestión comunitaria y escolar, que nos parecían que eran puntos importantes, no solo por la pandemia que trajo bastantes conflictos a nivel social, también la cuestión de las escuelas y las universidades donde los jóvenes al no poder ir, faltaba esa contención y que para nosotros era importante estos alumnos mediadores que en muchas provincias se habían formado, decidimos ir sobre todo hacia las provincias que no tenían centros de mediación comunitaria y poder traer algunas de esas provincias que no tenían convenio. Y por otro lado, decidimos formar algunos mediadores de varias provincias y, como te digo, el ejemplo de Chaco, de San Juan, que no tenían ni siquiera ningún mediador formado y que tampoco formaban parte. San Juan fue la primera que se incorporó, Chaco después. Ellos que se fueron añadiendo a la red, nunca habían tenido ningún acercamiento con la Red Federal. Además, hoy tenemos más de setenta organismos dentro de la red y el último relevamiento que dio son más de cuatrocientos centros de mediación comunitaria a lo largo del país. Por eso cuando vimos que también en circunstancias de la pandemia, nosotros tenemos una interrelación muy conectada con cada uno de los centros, tenemos un equipo específico, ya está determinado el grupo de trabajo, que trabaja actualmente con todos los centros. Y cada uno de estos centros, a veces requiere información, solicita normativas, solicita asesoramientos, acompañamientos, sobre cuestiones de lo cotidiano, abordaje de determinados conflictos o preguntas más técnicas hacia el equipo docente que nosotros elaboramos informes. Incluso, yo sigo hablando de Chaco, pero hoy está volviendo uno de los equipos de facilitadores de la provincia, porque dentro del marco del convenio se prevé también la posibilidad de asistencia in situ de los equipos técnicos. En este caso de facilitadores. Pero después de la pandemia volvimos a hacer un relevamiento de ver cuántos de estos centros, producto de la pandemia, se hayan frenado y que tengamos que seguir impulsando.
RB: ¿Cómo se sistematiza esa experiencia transitada?
PF: La mejor expresión de lo que hacemos son los encuentros de Red. Si bien este es un trabajo del cotidiano, del diario, sacamos boletines informativos donde seguimos solicitando información de cómo se van resolviendo algunos casos, cuáles son las temáticas que tienen lugar, hacemos casi semestralmente encuestas, preguntas, de la cantidad de casos, vamos sistematizando determinada cantidad de información. Nos interesa puntualmente la cantidad de centros por organismo, la cantidad de mediadores, qué temas son los que más se están tratando, cuestiones que tengan que ver con, por ejemplo, vinculaciones familiares, problemas de vecinos, incluso algunas cuestiones que trabajamos o podemos trabajar con otras áreas del ministerio. Porque a lo mejor hay cuestiones que se pueden resolver en un centro de acceso a la justicia, y el centro de mediación puede derivarlo. Entonces no es solo atender los casos, hacer mediaciones comunitarias, sino ser derivadores eficaces para determinados lugares u organismos. En general, la mejor proyección que tenemos son los encuentros, donde hacemos un gran relevamiento de los casos y seleccionamos los trabajos que se van a exponer en esas jornadas. Suelen ser jornadas de dos días, donde participan casi todas las provincias. Y las provincias que tienen trabajos muy innovadores o experiencias más acrecentadas, son las que en general elegimos.
RB: ¿Cuál es su mirada sobre el impacto de la pandemia en los conflictos comunitarios?
PF: Como apreciación personal, porque en general los centros de mediación algunos tuvieron sus dificultades con las restricciones ambulatorias, muchos cerraron, otros no podían atender, pero a nivel general, los mediadores son los que primero empezaron a trabajar a nivel general. Incluso a nivel prejudicial ya estaban abiertos los mediadores a trabajar porque dentro de CABA salió la resolución 121 que permitía la mediación a distancia. De alguna u otra manera, los centros que pudieron hacer una atención virtual la generaron, esto tiene que ver mucho con las localidades, y tuvieron muy buena participación de la sociedad. Los otros que se vieron imposibilitados o impedidos por cuestiones de infraestructura tecnológica, son los que por ahí tuvieron que hacer un trabajo más riguroso de campo e ir personalmente a lugares pese a a las imposibilidades por la pandemia.
En general, esto sí como cuestión personal, veo que a través de la pandemia la gente pudo acercarse mucho más entre ellos, se vio impedida de acceder a la justicia y durante muchos meses se vio impedida de poder resolver los conflictos con un tercero imparcial y además con un mediador, o un facilitador o un árbitro (depende la provincia cómo lo denomine). Con lo cual creo mucho que la gente se vio en la necesidad de resolver sus problemas entre ellos. Eso puso de manifiesto la necesidad, no de acudir a la justicia, sino de que a lo mejor con una ayuda de un mediador o de una persona experimentada se puede resolver más eficientemente el conflicto que acudiendo a la justicia. No digo que no sirva acudir a la justicia, hay veces que los conflictos no pueden resolverse de otra manera o no van a poder resolverse si no se dan a través del medio jurisdiccional, pero sí veo que las personas en particular acuden mucho más a la mediación.
En CABA tuvimos un incremento de las mediaciones prejudiciales. De la época de la pre pandemia de noventa mil mediaciones, hoy hay más de ciento diez mil, ciento veinte mil. Esas treinta mil mediaciones más, en general hablan también de que, si bien tenemos que estudiarlo en profundidad, la gente acude bastante más a mediaciones. Buscamos también que haya interdisciplinariedad. La interdisciplinariedad se trabaja en muchas de las ramas de la mediación y tan es así que, en otras provincias, el requisito no es ser abogado, puede haber un sinfín de profesiones que sean mediadores. Incluso en mediaciones prejudiciales. Hay varias provincias, como el caso de Chaco, donde cualquier profesión puede ser mediadora. Tiene que tener un título universitario, pero puede pasar que un médico sea un mediador prejudicial. Hace poco salió la última resolución donde se modificó el plan de formación básica de los mediadores, que esto impacta en general en todo el país porque nosotros tenemos un registro de entidades formadoras. Que son de todas las provincias que vienen a registrarse en esta dirección. Todas tienen que tener el programa de formación básica y formación continua homologado por el ministerio para poder dictarlo y que equivale a horas, en definitiva, para los mediadores.
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