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“Somos una institución que tiene sentido y razón de ser en los derechos humanos”

Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos
Por: Redacción Broquel

El Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos “Madres de Plaza de Mayo”, de la mano de su nueva sede en el edificio que comparte con la Escuela del Cuerpo de Abogadas y Abogados del Estado, consolida su rol formativo luego de los diversos inconvenientes que le tocó transitar en años recientes. En esta charla, su Rector, Dr. Adolfo Gustavo Scrinzi, la Vicerrectora, Lic. María Elena Patzer, y el Secretario General, Dr. Jacobo Isaac Grossman; nos cuentan del presente y de los desafíos futuros del IUNMA.

Revista Broquel: Ha comenzado un nuevo ciclo lectivo e inauguran nueva sede, ¿cuál es la actualidad del IUNMA?

Adolfo Gustavo Scrinzi: El 22 de agosto comenzó el segundo cuatrimestre de este ciclo lectivo 2022. Es un cuatrimestre muy particular porque implicó el retorno a la presencialidad en el Instituto y en una nueva sede. Para explicar la situación de hoy y los logros de la gestión es inevitable hacer alguna referencia a la gestión pasada por lo perniciosa que fue en cuanto al deterioro que generó, no sólo precarizando a la gente que se desempeñaba en el IUNMA como docentes y no docentes sino también hasta en su estructura edilicia. Teníamos una sede en Pueyrredón 19 que no daba abasto y que no respondía a las necesidades que hoy día tiene el Instituto. Cuando iniciamos la gestión en abril de 2020, recién iniciada la pandemia, habían ingresado o teníamos 500 alumnos de los cuales 200 estaban en un programa especial de educación en contextos de encierro en el Penal de Marco Paz. En los ingresos de los años 2021 y 2022, esa matrícula se ha más que sextuplicado: hoy tenemos alrededor de 3000 estudiantes. Lo que puso seriamente en crisis la capacidad edilicia como para que el día que terminara la pandemia recibir a todos nuestros estudiantes y poder dar las clases presenciales. Todo eso generó que nos pusiéramos a trabajar primero en la obtención de un edificio ya de modo definitivo, y partiendo de la posibilidad de hacer un convenio con la ECAE como para prestarnos algunas aulas, surgió esta idea fantástica que fue gestionar el alquiler de estos pisos del edificio de Defensa, que habían sido los alquilados por un Banco y con el tema de la pandemia los abandonó como estaban.

Con esta idea inicial que nos acercó el Procurador, Carlos Zannini, y después las buenas gestiones del Secretario Administrativo y del Ministro de Justicia, que enseguida comprendieron las reales necesidades nuestras y que lo que estábamos pidiendo era la única alternativa porque teníamos que resolverlo incluso en muy poco tiempo. Nos entregaron el edificio en julio, empezamos a las corridas a hacer todos los trabajos dirigidos principalmente a poner en orden las aulas para que puedan venir a esta sede nueva. Así que así llegamos a esta situación el día de hoy que es la del inicio de un segundo cuatrimestre de retorno a presencialidad con todas las carreras del instituto. Es un orgullo y en relación a lo que comentábamos antes que la ECAE este en este edificio brinda un potencial enorme en cuanto a las acciones a tomar. Ya hemos hablado bastante con Guido Croxatto en ese sentido y tenemos ideas para hacer muchas actividades en conjunto. Me parece que es muy importante también el tema de hacer llegar a los y las estudiantes de las carreras del IUNMA, en particular tal vez quienes estudian Derecho por ser la más vinculada con el tema de la ECAE, la mirada o la experiencia de las/os abogadas/os estatales. Y también es importante hacerle llegar a la abogada/o estatal la mirada atravesada por los derechos humanos, que es la función primordial y que distingue el objetivo de este ámbito universitario.

RB: En ese sentido, ¿cuál es la actualidad y qué es lo que distingue al IUNMA en su enseñanza?

María Elena Patzer: Bueno, primero quería decir que es un honor ser parte de este equipo y trabajar bajo la conducción de Gustavo, que además de ser un excelente profesional es una persona que honra el Instituto que conduce. Todo el tiempo está mirando los derechos en todo sentido de las compañeras y compañeros, así que eso me parece que es importante remarcar.

Con relación al Instituto, realmente tomamos la gestión en una situación bastante delicada en términos institucionales. Tuvimos que hacer un trabajo muy fuerte de articulación con el Ministerio de Educación, en especial para todo el tema de la acreditación de algunas carreras y también para la validación de los planes de estudios. Es un trabajo muy grande con todo un equipo atrás que tenemos de compañeras y compañeros de Derecho, Trabajo Social, Historia, Comunicación, pero también con un equipo muy fuerte y muy sólido en lo académico. Estamos ahora en un proceso de acreditación, hemos avanzado bastante, tenemos los planes de estudio ya en su mayoría acreditados. Para el proyecto educacional ya han procesado acreditación, y estamos gestionando el sistema institucional de educación a distancia. Eso nos va a permitir, si todo va bien y parecería que sí por cómo vienen las devoluciones de Educación y de la CONEAU, poder ser una institución que gestione la educación no solamente en ámbitos presenciales sino también a distancia. Con las características que tiene poder gestionar la educación a distancia, lo cual nos va a poder garantizar llegar a donde nosotros queremos con este proyecto, no en términos académicos, como decía recién Gustavo. Nuestras líneas fundantes son, por supuesto, primero el pañuelo de las Madres de la mano de la lucha de la memoria, la verdad y la justicia; la perspectiva de derechos que tracciona nuestro referente que es el doctor Zaffaroni, en términos de derechos humanos y derechos en general; y también venimos atravesados por la línea de la pedagogía crítica y la educación popular, que muchos compañeros históricos han abrazado como línea de trabajo desde Freire.

Nosotros entendemos que el IUNMA tiene que llegar donde no llegan los otros: a buscar aquellas y aquellos sujetos de derechos – así miramos a nuestros estudiantes que quieran formar parte de esta casa de estudios-. Nosotros queremos mostrarles que sí hay posibilidades para todas/os y que si previamente las realidades no les permitieron poder acceder a una instancia formativa, ahora se la estamos dando. Desde ahí en términos de logros, nosotros desde que desembarcamos estamos trabajando con personas que tienen según la Ley de Educación Superior más de 25 años, que quieren acceder a una formación universitaria y no tienen su título secundario. Ustedes saben que una persona mayor de 25 años puede dar un examen y anotarse en una carrera. Por supuesto, eso no le da un título secundario, pero le da la posibilidad de acceder. Nosotros tenemos un dispositivo muy fuerte que llamamos “Dispositivo de acompañamiento de acreditación de saberes”, donde desde IUNMA a esos sujetos de derecho que quieren formar parte del Instituto además de darle la posibilidad de dar ese examen en este dispositivo, lo vamos acompañando y lo formando para que puedan dar ese examen, si no es bastante violento decir “da este examen”, si no tenes las herramientas o quienes te puedan, desde lo formativo, ayudar. Entendemos que enseñar es ayudar y dar las herramientas para poder ese examen.

Los cursos de ingreso no son expulsivos, sino lo que es un diagnóstico para ver cuáles son las necesidades de nuestros estudiantes y, sobre esa base, vamos acompañándolos en distintos dispositivos alternados y optativos. Por ejemplo, si nosotros notamos que algunas compañeras y compañeros estudiantes tienen algunas necesidades formativas vinculadas a la escritura académica, los invitamos a hacer un curso optativo para poder darles las herramientas para eso o vinculados a la alfabetización digital. También tenemos un programa de género y diversidad que va acompañando frente a distintas necesidades formativas. Tenemos algunas compañeras y compañeros estudiantes que tienen algunas necesidades o algunas personas con alguna discapacidad específica y nosotros lo que hacemos es ajustarnos como dispositivo formador para que ese estudiante tenga la posibilidad de formarse. Entonces vamos usando diferentes herramientas, algunas tecnológicas y otras pedagógicas, para que ante ese estudiante que tiene alguna necesidad poder intervenir y darle la posibilidad de formarse. La síntesis de nuestro mensaje es que una o un estudiante elija IUNMA pensando “tengo las posibilidades para” y que si deja no diga “esto no es para mí” o “la enseñanza universitaria es para unos pocos”, que sea por alguna cuestión personal que exceda, pero que desde el instituto hayamos hecho todo lo posible para demostrarle que la formación y la educación es un derecho de todas y todos y que nosotros estamos acá para darles esas posibilidades.

Jacobo Isaac Grossman: En este sentido quería referirme a cuatro personas: el Ministro Martín Soria y el secretario administrativo Santiago Silva, el Dr. Carlos Zannini y el Ministro Jaime Perczyk. En esas cuatro personas sintetizo la posibilidad de tener la sede, de haber realizado un convenio con la Procuración de una manera muy cálida y excepcional, con la posibilidad de utilizar sus dos bibliotecas. Desde Educación donde nos dinamizaron las proyecciones que teníamos con los planes de estudio y otros aspectos. Es decir, sintetizo en ellos la ejecución de una idea vinculada a los derechos humanos. Hemos transitado por diversos lugares y en ningún caso hemos tenido la recepción y el acompañamiento de estas personas que menciono. Hemos incorporado además profesores de altísimo prestigio académico. Y quiero remarcar que estamos en el proceso de ser una Universidad Nacional. Hay un proyecto presentado en diputados por Hugo Yasky junto con 15 diputadas/os, y en el Senado por el doctor Oscar Parrilli, con informes favorables del Consejo Universitario Nacional y de la CONEAU. Tenemos posibilidades de lograrlo a corto plazo, por lo menos en el Senado, y después veremos cómo se maneja la cuestión política en Diputados.

RB: En ese sentido, una de las características más interesantes del IUNMA quizás sea la enseñanza a las personas que están privadas de su libertad. ¿Cómo es la experiencia, qué resultados observan?

Adolfo Gustavo Scrinzi: Bueno, eso la verdad que es una parte de nuestro trabajo que genera una enorme satisfacción. Formamos parte de un programa de educación en contexto de encierro. Tenemos estudiantes y docentes en el Complejo de Marcos Paz, hemos tenido la oportunidad de visitarlos un par de veces y la verdad que son conmovedoras las experiencias que uno tiene con estos estudiantes que están privados de su libertad. Uno no tiene que olvidarse que frente a estas situaciones ellos están obligados, y no hay política de educación eficaz o las que hay tienen sus grados flacos. La verdad es que el IUNMA tiene una presencia muy activa y fuerte en el Penal de Marcos Paz. Te decía que es conmovedora porque los profesores que se hacen cargo del dictado de las materias muchas veces comparten con nosotros las notas que en los cuadernillos les mandan los estudiantes y en líneas generales son notas de agradecimiento por brindarles un espacio para poder reconocerles un derecho que ellos tienen. Entonces es muy fuerte porque te están agradeciendo con el corazón algo que ellos tienen por naturaleza, por ser sujetos de derecho, nada más.

El tema de la pandemia tal vez complicó un poco la marcha de este programa porque ya no podíamos ir al penal, ya que las regulaciones eran muy estrictas para el ingreso.  Entonces, desde la Secretaría Académica se diseñó todo un sistema especial como para hacerles llegar a los estudiantes de Marco Paz toda la bibliografía que necesitan para cada una de las materias en forma de cuadernillos. En esos cuadernillos hacen sus trabajos prácticos, sus exámenes y después los traemos para la sede y los profesores los retiran, los corrigen y los llevamos de nuevo. Fue una creación artesanal porque lo que no podíamos hacer era, por la pandemia, dejar de dar clases en Marcos Paz y por suerte no lo hicimos y hoy estamos orgullosos de haber mantenido ese dispositivo. Incluso que era un programa especial que en principio lo llevaba adelante el Ministerio de Justicia y después con todas estas marchas y contramarchas que hubo en relación al cambio de modalidad nos reforzaron una partida presupuestaria y nos hicimos directamente cargo nosotros, con lo cual hoy día depende 100% de nosotros la ejecución. Es una herramienta fantástica porque uno de algún modo evita toda esa tramitación administrativa que a veces genera la circunstancia de tener que hacer un trámite acá, después mandarlo al Ministerio de Justicia para que a su vez lo concluyan y hagan las autorizaciones que corresponden. Pero así como es una herramienta fantástica también es una responsabilidad enorme: que ese programa tenga éxito depende exclusivamente de nosotros. Creemos que lo encaramos con una seriedad enorme, así como hacemos con nuestros estudiantes de la sede, porque es un puntal, en un Instituto universitario de Derechos Humanos, poder dar clase en contexto de encierro y restituir a estos estudiantes los derechos de los que fueron despojados o a los cuales no tenían acceso en otras condiciones.

RB: Teniendo en cuenta a los derechos humanos como algo transversal de todas las carreras. ¿Cómo se lo piensa y cómo se lo lleva a cabo?

Adolfo Gustavo Scrinzi: Nosotros somos abogados, si comparo los programas de la UBA en la Facultad de Derecho con los programas o los contenidos mínimos de acá, la verdad que están atravesados con una pincelada de derechos humanos que es fantástica a la formación. Yo añoro no haberla tenido en su momento en la Facultad. Ingresé en el 82 y un tiempito ya llevo, pero la verdad que comparar esos programas con los programas que hoy tenemos en el IUNMA es, la verdad, un progreso enorme y le da al Instituto una importancia como faro de derechos humanos. Si tenemos la suerte de poder concretar el tema del dispositivo de educación a distancia del que hablaba hace unos momentos, nos da proyección no solo nacional, sino también internacional. 

María Elena Patzer: Institucionalmente estamos en un proceso de acreditación del proyecto institucional recién. Empezamos a traccionar, además de los planes de estudios, con seminarios o materias específicas que son como obligatorias, pero son específicas en cada uno de los planes y que nosotros desde el proyecto institucional las consideramos como “no negociables” para que nuestro estudiantado las pueda cursar. Contarles que, por ejemplo, en este cuatrimestre ya tomamos una decisión de poner dos seminarios que son fundamentales y que cualquier graduado o estudiante de IUNMA tiene que estar formado. Para hablarles algo concreto, estamos dando un seminario vinculado con pensar la educación y el lugar de la educación en contextos de encierro. Ese seminario es transversal para todas las carreras y ya lo estamos dictando y está a cargo de una de nuestras coordinadoras del equipo del programa de Marcos Paz y otro es el coordinador nacional de educación en contextos de encierro del Ministerio de Educación de la Nación. Nos parece fundamental que un graduado nuestro y un estudiante pueda formarse y entender esta relevancia.

Otra cuestión que también estamos trabajando como fundamental, y que ya la estamos dictando en este cuatrimestre, es la perspectiva de Educación Intercultural para que nuestros estudiantes puedan tener una cosmovisión mucho más amplia, en el marco de la perspectiva de derechos. Así, estamos dictando un seminario vinculado a todo lo que tiene que ver con la educación intercultural, donde además se empieza a traccionar como un primer seminario para empezar a ver los problemas de territorio, los problemas de Migraciones, los problemas de racismo: un montón de cuestiones que consideramos de alta relevancia. Esos contenidos están incluidos, además de los planes de estudios, en nuestra proyección institucional. De la misma manera, tenemos los seminarios vinculados a género y diversidad y vamos en todas esas líneas de trabajo para poder gestionarlas y ya están sucediendo en las aulas de IUNMA.  Como decía Gustavo, para nosotros lo más importante es poder perfilarnos como una institución que tiene sentido y razón de ser en los derechos humanos. Entonces, no es solamente desde lo coloquial, sino que lo estamos viendo ya en las concreciones curriculares porque somos una institución formadora. Así que ahí me parece que podemos mostrarte, ya en concreción, lo que está ahora ocurriendo en el cuatrimestre.

Como institución universitaria tenemos claridad en que, además de la formación universitaria, tenemos que trabajar en dos grandes líneas: la extensión, que tiene que ver con el territorio y con la posibilidad de que esto que se está dando en la formación universitaria vaya aconteciendo en la realidad diaria; y también estamos activando un montón de políticas y líneas de extensión vinculadas a eso. Buscamos que ya la extensión esté desde los primeros años en los planes de estudio: o sea, no que nuestros estudiantes se formen, por decirlo de alguna manera, dogmática o teóricamente, sino que ya desde los primeros años tengan vinculación con lo tuados, con el contexto y con los ámbitos donde se van a desempeñar laboralmente. Ahí tenemos un montón de convenios donde ya estamos traccionando desde proyectos para que los estudiantes estén en territorio, de manera situada y conociendo y vinculando a lo que queremos formar en términos de teorización y de acompañamiento que se pueden ver en la práctica. La otra línea fundamental, como toda institución universitaria, lo académico, la formación de grado universitaria, la extensión y también la investigación. Estamos ya abriendo líneas de investigación, por supuesto siempre vinculada a la perspectiva de derechos humanos porque nuestro proyecto, donde estamos trabajando en investigación propiamente dicha, pero también estamos proyectando hacer algunas observatorios o laboratorios donde poder, desde esta perspectiva, traccionar e ir contrarrestando algunas cuestiones que pasan en la realidad y que poco tienen que ver. O sea, queremos ser un polo donde nos puedan buscar a IUNMA como un espacio donde nutrirse acerca de la perspectiva de derechos humanos. Así que ahí estamos buscando, por ejemplo, ser un polo que pueda acompañar a la comunidad y a la ciudadanía general en todo lo que tenga que ver, por ejemplo, con violencia institucional; formar a todos los sujetos derechos acerca de cuáles son las cuestiones fundamentales para poder, en el buen sentido, protegerse y conocer como sujetos de derecho cuáles cuestiones y cuáles no. Eso nos parece una línea fundamental y consideramos que como institución y como polo tenemos que trabajarla.

RB: Por último, desde sus inicios como Universidad Popular, el Instituto ha tenido un trayecto diferente a lo que la Academia tradicional es, quizás luego reforzado por las Universidades Nacionales del conurbano bonaerense. Ambos espacios han sido muy atacados. ¿Cómo se piensa también el Instituto en esa relación con las otras universidades, con las históricas y con las nuevas? ¿Qué tipo de educación o qué nuevos modos de formación se pueden crear?

María Elena Patzer: Entendemos a la calidad o al prestigio académico desde este otro lado, no en términos elitistas, de que es para unos pocos, sino que como decíamos, es nuestra función ir acomodando el dispositivo formador para darle herramientas a nuestros estudiantes. Eso no significa bajar la calidad. Nosotros entendemos que la calidad va de la mano de la inclusión y claramente que los planes de estudio tienen todos su aprobación, y todo como cualquier otro instituto universitario o universidad, los estudiantes que se gradúan llegan a garantizar y a dar todas esas materias como corresponde. Esto lo tiro porque muchas veces se malinterpreta o se baja el precio a todo lo que tiene que ver con la educación popular. No bajamos la calidad. Lo que buscamos es que todos tengan la posibilidad de formarse en esos planes de estudio que están validados, igual que las demás universidades. Esto es muy importante.

La otra cuestión también importante, que tiene que ver con algo que ya dijimos, pero lo quiero remarcar porque tiene que ver con cómo pensamos la educación, es que la teoría siempre va de la mano de la práctica. Entonces, formamos mucho más por eso desde el primer año del extensionismo, el contexto, lo comunitario, porque es desde ahí donde se lleva a cabo lo que los educadores llamamos “la praxis”. La teoría me sirve para iluminar, para mirar y para ir impactando. Porque en un punto, una universidad lo que busca es formar ciudadanos comprometidos con la realidad para poder ir moviendo el amperímetro para bien y mejorar la vida de todas y todas. Entonces, en un punto esto lo quiero decir por las universidades del conurbano, porque a veces se habla del prestigio sin hablar de ninguna de las universidades, y cuando uno mira y se celebran haber admitido no sé 10.000 estudiantes y después del filtro quedan 200. En realidad, la pregunta que yo me hago como educadora y pedagoga es qué pasó que recibiste a 10.000, por decir algo, y te quedaron 200. Ahí hay un problema de enseñanza, no de aprendizaje. Entonces nosotros tenemos que organizar la institución para mirar estos dos procesos que no son lo mismo. Entendemos claramente que cuando hay una dificultad será el dispositivo de enseñanza y formador el que tiene que reacomodarse para poder permitirle a ese sujeto de derecho que pueda aprender.

Adolfo Gustavo Scrinzi: Creo que cada universidad tiene un perfil, nosotros venimos a aportar algo desde este rol hoy de instituto universitario y el día de mañana tal vez como Universidad Nacional. Creo que tenemos una particularidad muy interesante, un rol muy noble, que es incorporar a despojados, incorporar a excluidos que fueron privados por x razones de un derecho elemental, un derecho humano básico como lo es instruirse. Eso es lo que nos enamora, tal vez, de este lugar que hoy nos toca circunstancialmente desempeñar. Estamos Intentando remediar eso, ese es el rol de nuestro instituto. Articularemos con todas las universidades, de hecho, hemos articulado con el Instituto Universitario de la Defensa y tuviéramos una recepción fantástica. Quedamos en hacer acciones conjuntas y las acciones conjuntas enriquecen. Seguramente vamos a explorar también esos caminos. Lo cierto es que estoy convencido que tenemos un rol muy particular y muy noble que cumplir para llevar y poner bien en alto el pañuelo de las Madres y seguir la mirada sabia y generosa de Raúl Zaffaroni, para nuestros estudiantes, que son, en definitiva, a quienes les debemos todo nuestro esfuerzo y a quienes tenemos la obligación de darles la mejor formación posible.

Hacia mayo de este año tuvimos el primer acto de colación, en el cual recibieron sus títulos 46 egresadas/os. No había habido nunca en nuestro Instituto un acto de colación. Es más: en Derecho, por ejemplo, habían puesto al final de la Maestría una tesis que era imposible de dar o con requisitos muy estrictos, no para un estudiante de grado, cosas que impedían que los estudiantes se recibieran. Entonces era una situación muy compleja que generaba también descontento en los y las estudiantes. Obviamente, terminaban de cursar la materia y no tenían título porque les quedaba eso pendiente. Hicimos los ajustes normativos que tuvimos que hacer dentro del Instituto y pudimos tener ese primer acto de colación, cosa que fue muy emotiva. La verdad que la comunidad del Instituto estaba muy feliz y para que se concrete ese acto tan importante para nosotros también fue valiosísima la participación del Procurador Zannini, del Ministro Soria, de los subprocuradores Horacio Diez y Sebastián Soler, del Ministro Perczyk. Todos funcionarios con un compromiso y una comprensión de lo que es la problemática educativa, la problemática social, las necesidades de la gente. Y participó Raúl Zaffaroni y cerró el acto con unas palabras que vale la pena recordar. Raúl dijo cinco veces, más o menos, a los chicos que se recibían y chicas que se recibían y a todos los que estábamos presentes: “no se olviden de dónde vienen”.  Me parece que es conmovedor, un mensaje muy lindo para los estudiantes y para todos los que estábamos escuchando.

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