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“Nunca sentí realmente trabajar con la cabeza y con el corazón como en el ejercicio de la abogacía pública”

Compartimos las palabras pronunciadas por el Dr. Horacio Goett, Asesor Legal de ECAE, durante el acto de Apertura del Año Académico de la Escuela del Cuerpo de Abogados y Abogadas del Estado. A quien realizó un repaso por su experiencia en la Escuela, se le entregó un diploma honorífico por su trascendente trayectoria ante su inminente jubilación.

Señor Procurador, señores Sub Procuradores, directores generales, directores nacionales, colegas, compañeras y compañeros de la Escuela del Cuerpo de Abogados y Abogadas del Estado: muchas gracias por permitirme esta participación para contarles un poco mi experiencia que, en este caso, la puedo resumir simplemente en una elección de vida. Ser integrante del Cuerpo de Abogados del Estado, no ha sido para mí una decisión más. Ha sido una decisión importante en mi vida. En un mes de marzo como este, hace 45 años, me recibía de abogado en la querida Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Y con todos los sueños y ambiciones que puede tener un joven abogado, todos los ideales que uno tiene en ese momento, tiene que elegir un destino para ejercer esta hermosa profesión; a veces muy maltratada. Pero es una hermosa profesión la de abogar por los derechos de otros.

De esos 45 años, 32 años de mi vida los he dedicado a la abogacía pública. Y digo que fue una elección, no una situación azarosa. Fue una elección personal. Mas allá de que he ejercido la profesión en el ámbito privado muchos años, en distintos ámbitos y en distintas materias; nunca sentí realmente trabajar con la cabeza y con el corazón, como en el ejercicio de la abogacía pública. Y culminar mi carrera, ya próximo en estos días a mi retiro, en la ECAE, ha sido un doble honor.

La Escuela ha sido muy importante, como señaló el señor Procurador, en la tarea específica que el CAE debe pensar. Si bien en la propia ley de la creación del Cuerpo de Abogados y Abogadas del Estado, estaba prevista la capacitación de sus integrantes, no fue sino hace 29 años, en el año 1994, cuando la Escuela se crea. Vale decir, que de esos 75 años, gran parte de la trayectoria de la Procuración como directora del Cuerpo, lo hizo sin contar con ese instrumento, con esa herramienta pedagógica. Por supuesto que en ese devenir, no siempre la Escuela tuvo un desarrollo, una importancia como la que fue adquiriendo a través del tiempo. También es cierto, que si bien el Estado en su continuidad jurídica, todos somos conscientes, los que tenemos trayectoria en la Administración Publica podemos dar fe de eso, que no es lo mismo el Estado bajo una administración que bajo otra administración. Cada administración le va imponiendo su sesgo, su impronta, su visión, sobre las políticas publicas que quiere desarrollar. Y la Escuela siempre se fue amoldando a esas improntas. Pero no siempre con la misma suerte y con el mismo empeño. En algunas épocas hasta se dudó de la continuación de la ECAE como tal, porque hubo quienes sostenían que existiendo universidades tan prestigiosas como las que tiene la Republica Argentina, para qué crear un cuerpo académico dentro del propio Estado para capacitar a sus propios integrantes.

Muchos de los abogados del Estado que históricamente transitamos distintas áreas de la administración, sostuvimos la necesidad de la existencia de la Escuela. Porque más allá de la transmisión de los saberes técnicos para el abogado dictaminante, para el litigante, para el sumariante; más allá de esos saberes científicos que se transmiten, hay toda una impronta que la Escuela como brazo pedagógico de la Procuración, tiene que hacer para difundir la doctrina de la Procuración, para unificar los criterios en la defensa del interés estatal. Entonces es impensable que una universidad, por prestigiosa que sea, pueda volcar toda su capacidad doctrinaria para interpretar el interés especifico y concreto que la acción estatal requiere en un momento determinado.

La ECAE ha sido en ese sentido, un factor fundamental en la ampliación de derechos, en el desarrollo de nuevas materias a lo largo del tiempo. No solamente se enseñó derecho administrativo, se aplicaron saberes para el desarrollo en materia de contrataciones, en materia tributaria, en materia aduanera, en materia del derecho de la salud, en materia del derecho de las mujeres e igualdad de género. En fin, un sin numero de materias que fueron creciendo y creándose al calor de las necesidades de las políticas públicas del momento. Eso no lo puede dar ninguna universidad por prestigiosa que sea. El conocimiento especifico que tiene cada uno de los colegas y de las colegas que trabajan en las distintas áreas del Estado Nacional, es insustituible. Ese saber especifico, ese saber técnico que viene a las aulas de la Escuela y se comparte con el resto de los profesionales, es algo único e insustituible.

Sin embargo y, quiero apelar también al conocimiento de los colegas integrantes del Cuerpo, para decirles que la lucha y la defensa de la continuidad de la Escuela, de los objetivos de la ECAE, no es una tarea ganada. No es una tarea que ya esta consolidada. Sepan que pueden cambiar las condiciones. Hemos vivido en tiempos no muy remotos, cancelaciones de programas, sustituciones de programas que tenían una continuidad histórica y que tenían una razón de ser. Eso, como decía el señor Procurador respecto de lo que paso con Atucha, también paso en la Escuela. Los propios integrantes de la ECAE que reservaron, cuidaron, algunos programas o experiencias que existían en la Escuela y que habían sido abandonadas por razones determinadas en un momento político, fueron y permitieron la restitución de esos programas, uno de ellos la Maestría en Abogacía del Estado, que había logrado la aprobación de la CONEAU, y se dejo sin efecto de forma abrupta. Y pudo ser continuada precisamente porque estaban los elementos guardados, reservados, estaba la experiencia de la gente que integraba la Escuela para poder aportarla y rápidamente restablecerla.

Por tales motivos, yo quisiera modestamente convocar a todos los integrantes del Cuerpo de Abogados y Abogadas del Estado, a tener presente, a defender la Escuela en el futuro, porque es una herramienta magnifica. No solamente desde la capacitación para el desarrollo técnico, sino también para la integración fundamental y la unidad del CAE. Es la parte que todavía nos falta completar de la Ley del Cuerpo de Abogados y Abogadas del Estado. Todavía mantiene esa dicotomía entre el área funcional y el área técnica. La doble dependencia con la Escuela ha sido en estos años, un camino fundamental para cortar esa dicotomía y para dar unidad real al Cuerpo de Abogados y Abogadas del Estado.

Les deseo a todos los que se han recibido un mejor desempeño en sus funciones, los felicito por el esfuerzo que han realizado y les agradezco esta paciencia. Muchísimas gracias a todos.

Comentarios(1)

  1. El Dr Goett es un ejemplo para todos los integrantes del Cuerpo de Abogados del Estado. Gran Profesional y Mejor Persona. Es un honor haber podido trabajar junto a el.

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