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“Lo que está en juego es el interés colectivo y la defensa del Estado Nacional como gestor del Bien Público”

María Valeria Mogliani
Por Redacción Broquel

Entrevista a María Valeria Mogliani, Directora General de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Educación, quien se ha desempeñado en distintas áreas del Estado Nacional a cargo de servicios jurídicos o como asesora en distintas áreas. Es titular de la cátedra de Derecho Procesal Administrativo en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, es ayudante de cátedra en Contratos Administrativos de la Facultad de Derecho de la UBA y ha brindado seminarios en la ECAE y cursos en otras universidades. “Cuando a una le llega la primera demanda y tiene que contestarla para defender al Estado, se da cuenta de que tiene al cliente más importante de su vida”. 

Revista Broquel: ¿Desde cuándo forma parte del CAE? 

María Valeria Mogliani: Comencé a trabajar en el CAE en 1996, a muy poco tiempo de haberme recibido de abogada, en el servicio jurídico de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Luego, pasé a trabajar como asesora en la Secretaría de Obras Públicas de la Nación, posteriormente trabajé como responsable de Adquisiciones en un programa del BID, luego trabajé en AySA, como asesora legal, y retomé mis tareas como abogada del CAE en 2010 cuando me convocaron para hacerme cargo de la Dirección de Asuntos Jurídicos de la Administración Nacional de Aviación Civil. Ahí comenzó una tarea con una responsabilidad muy grande, como fue la de armar el servicio jurídico, todo lo que tiene que ver con los dictámenes sobre asuntos de derecho administrativo, contrataciones, todos los temas de derecho aeronáutico. El derecho aeronáutico era algo nuevo para mí y parte de mi equipo, y nos pusimos a estudiar y a especializarnos en derecho aeronáutico. Estuve 5 años como directora del servicio jurídico y fue una experiencia muy linda y desafiante. Tuvimos juicios muy importantes, que es otra tarea muy compleja y de mucha responsabilidad que tiene una/un abogada/o del Estado, desde el que contesta una demanda hasta el director o directora que tienen que ser los responsables máximos de todo lo que se hace en ese servicio jurídico. Luego trabajé en el área de Energía, también a cargo del servicio jurídico, donde se presentaron desafíos complejos y de mucha trascendencia institucional. En 2020 me convocaron para dirigir el servicio jurídico de la Cancillería. En pandemia nos tocó abordar el tema de los “varados” en el exterior, que fue algo absolutamente extraordinario. Tener compatriotas o residentes extranjeros que viven en nuestro país y que habían quedado varados en una situación tan dramática como lo es una pandemia, fue un desafío tremendo. Fue una tarea coordinada entre JGM, Presidencia de la Nación, Aerolíneas Argentinas, Cancillería, y las Embajadas y los Consulados que se ocuparon de contener a la gente que había quedado realmente varada sin poder volver al país y, en algunos casos, sin recursos. El Estado Nacional les brindó asistencia, y en algunos casos, la posibilidad de volver en aviones solventados con recursos públicos. Hubo muchas personas que estaban enfermas y tuvieron prioridad para volver. De las cuestiones relevantes, es algo que nos ha marcado. A veces en los medios de comunicación se veía cómo se castigaba al Estado Nacional, supuestamente porque no se ocupaba de esa situación; pero eso no fue así, fue todo lo contrario, fue darles apoyo emocional y económico a quienes tenían que permanecer en el exterior hasta poder volver y darles, en algunos casos, un vuelo para que pudieran regresar al país. La pandemia fue algo muy fuerte que nos pasó en los últimos tiempos, y eso realmente hay que destacarlo. 

Desde hace un año me desempeño como Directora General de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Educación. Estuve en varias áreas de gobierno, donde he trabajado con equipos espectaculares. Una se da cuenta de que el trabajo en equipo es lo que cuenta y es lo que hace que los resultados sean exitosos. Hay muchísimo trabajo, tareas y responsabilidades. Lo que me llevo de todos esos años a cargo de los servicios jurídicos es el trabajo constante y desinteresado, en el sentido de que los abogados lo dan todo llevando sus juicios, dictaminando en cada uno de los expedientes. También el personal administrativo es fundamental en el trabajo diario. Es un trabajo en equipo muy lindo y desafiante. Cuando uno entra al Cuerpo de Abogados se da cuenta del lugar donde está, de la importancia que tiene; que lo que está en juego es el interés colectivo y la defensa del Estado como gestor del bien común. Cuando a una le llega la primera demanda y tiene que contestarla para defender al Estado, se da cuenta de que tiene al cliente más importante de su vida. 

RB: ¿Cuáles son sus actividades y tareas al frente de la Dirección? 

MVM: Las tareas de un/a director/a de un servicio jurídico (o de un/a abogado/a de un servicio jurídico) se dividen básicamente en dos: por un lado, las tareas que tienen que ver con los dictámenes, que son parte del procedimiento administrativo. Parte de ese procedimiento llega a la instancia en la que el servicio jurídico tiene que dictaminar sobre cualquier medida que el funcionario competente va a tomar; entonces el servicio jurídico evalúa si la medida está ajustada a derecho, si se han cumplido los procedimientos sustanciales y formales que tienen que ser cumplidos de acuerdo a la norma, si se trata de una cuestión en la que hay una persona involucrada… por ejemplo se me ocurre un sumario administrativo, corroborar que se le haya permitido ejercer el derecho de defensa. Es decir: en esta tarea de dictaminar está el resguardo de la legalidad de los procedimientos que se llevan a cabo para que una decisión pueda ser tomada válidamente. Es la custodia de que esa decisión o acto administrativo esté encuadrado en la normativa aplicable. 

Después está la otra tarea, compleja y de mucha responsabilidad, que es la de defender los intereses del Estado en juicio. Generalmente, el Estado es parte demandada, pero en muchos casos es también parte actora. Es una tarea un poco más estresante en el sentido de que hay que cumplir plazos, a veces muy breves, y tener muchísima prolijidad en el desarrollo del proceso. Hay que ser muy metódico y tener muy clara la estrategia que se quiere adoptar en el juicio porque no nos olvidemos de que nuestro cliente es el Estado y éste somos todas y todos. Si el Estado es condenado no solo se puede afectar el interés público, el interés colectivo; también habrá consecuencias patrimoniales que se afrontan con los aportes de los contribuyentes. Por lo tanto, hay que tener mucho cuidado, hay que estar muy capacitado. Tal vez esa sea una de las grandes cuestiones que a mí me preocupan como directora de un servicio jurídico: la capacitación constante y permanente de los abogados y las abogadas que integran el servicio, que no siempre es accesible. La ventaja es que tenemos una Escuela de Abogados y Abogadas del Estado que brinda capacitación permanente en forma gratuita con los seminarios, los posgrados, los cursos. Eso es realmente muy valioso. Hay muchos abogados y abogadas que no pueden afrontar un posgrado en una universidad, incluso en una pública, porque allí también se pagan los estudios de posgrado. Entonces, esa es una cuestión que a todos los directores y directoras de los servicios jurídicos nos preocupa: la capacitación de nuestros equipos. Muchas veces quisiéramos que le dedicasen más tiempo a esa capacitación, pero también hay que conjugar eso con las necesidades del servicio al que, muchas veces, le falta personal calificado. Es una tarea muy compleja, de muchísima responsabilidad y con este aditamento de cuál es el interés que estamos defendiendo y protegiendo. 

RB: ¿Cómo es un día normal de trabajo? 

MVM: Un día normal de trabajo nunca es normal o tranquilo, siempre hay urgencias propias de la gestión. Un día normal en un servicio jurídico se reparte en revisar todo lo que hay que firmar en materia de dictámenes. Tenemos el sistema GDE y ahí se nos va acumulando la firma de los dictámenes. Entonces, todos los días hay firma de dictámenes. Todos los procedimientos administrativos que terminan en alguna decisión, ya sea una resolución, una disposición, una decisión administrativa, un decreto, todo pasa por el servicio jurídico. En cada uno de esos temas donde el servicio jurídico dictamina, hay que revisar los expedientes para poder analizar la cuestión, hacer el control de legitimidad y dictaminar. Para eso está el equipo de abogados y abogadas que dictaminan y analizan los expedientes y preparan el proyecto de dictamen. Cuando hay algún inconveniente o algo que no está claro se discute, se trabaja, se estudia. Se habla con el área que lo propone. Se encausan las cuestiones que tal vez no fueron tenidas en cuenta y una vez que el dictamen está listo, se revisa y se firma. Hay días en que hay muchas urgencias porque la gestión impone ese tipo de cuestiones. En la pandemia la gestión imponía todo el tiempo el dictado de medidas excepcionales, fuera de lo común, para tratar de paliar la situación. Otro aspecto habitual es el relativo a los asuntos judiciales: llega una demanda, nos notifican la concesión de un recurso, se vence el plazo para contestar un amparo, ese tipo de cuestiones que son del día a día y que son las tareas que más nos apremian a los abogados del Estado, tenemos varios vencimientos juntos, o tenemos que escribir un recurso extraordinario en una causa importante, o debemos contestar una demanda muy importante; en fin, básicamente es eso.

La Universidad de Buenos Aires, la de Córdoba, la de La Plata y la UTN

RB: ¿Cómo está conformado su equipo de trabajo? 

MVM: Tengo un equipo no muy grande: una parte que se dedica a dictámenes y otra que está a cargo de los juicios. También hay un equipo del servicio jurídico que es una Dirección de Despacho que se ocupa del trámite de todos los expedientes que circulan en el Ministerio. Es un equipo realmente muy bueno y comprometido con su trabajo. Yo les propuse desde que comencé, en octubre del año pasado, realizar una capacitación constante, y estoy muy contenta porque algunos de los abogados y abogadas de mi equipo comenzaron el posgrado en la ECAE, otros empezaron posgrados en otras universidades, o se inscribieron en los seminarios de la ECAE, y realmente se comprometieron con el trabajo que estamos haciendo, tanto los abogados que dictaminan como los que llevan las causas judiciales (que no tenemos muchas, en comparación con otros lugares donde trabajé). Tenemos activas aproximadamente 400 causas. Son excelentes profesionales y personas, con un compromiso muy grande por el trabajo de abogada/o del Estado, que a veces es complicado y muchas veces es ingrato porque se cuestiona mucho el rol de los abogados del Estado y no se los valora como realmente se los debería valorar. Yo creo que es una tarea que debemos realizar los Directores/as de los servicios jurídicos, la ECAE y la Procuración del Tesoro de la Nación, es decir, jerarquizar a los abogados del Estado en todos los ámbitos. A veces somos muy criticados y realmente el trabajo que se hace en los servicios jurídicos es muy complejo.

RB: ¿Qué significa ser parte del Cuerpo de Abogados y Abogadas del Estado? 

MVM: Para mí ser parte del CAE es un orgullo enorme. Te das cuenta de que tu cliente es el mejor cliente de tu vida y de tu carrera profesional. Nunca nadie va a tener un cliente más importante que el Estado, sea el Nacional, pero lo mismo digo de los abogados que defienden a las provincias o municipios. Es lo mejor que me pudo haber pasado en mi carrera como abogada. Yo empecé muy joven como abogada del Estado y a partir de ahí comencé a estudiar derecho administrativo, que es la base, y ningún abogado del Estado puede trabajar correctamente sin conocer el derecho administrativo en profundidad. Después me capacité en todas las áreas en las que me tocó trabajar. Es un orgullo enorme y me siento parte del CAE y de una familia que hemos armado con los años. Nos encontramos habitualmente con abogados y abogadas con los que hemos compartido espacios cuando recién comenzábamos y llevábamos juicios o nos tocaba dictaminar y teníamos algún director o directora que nos decía “esto no va, esto sacalo, agregá tal cosa, etc.”. Y así aprendimos: del error, de la duda y del constante trabajo de capacitación. Para mí es clave. Es un orgullo tremendo pertenecer y defender al Estado; te lo decía antes, es una responsabilidad enorme. Me ha pasado tener que trabajar fines de semana enteros o feriados, porque vence una medida cautelar, vence una demanda y hay que contestar y presentar el informe o el recurso y tenemos dos o tres días. Trabajar en equipo, estar cada uno en su casa trabajando y saber que estamos todos conectados trabajando en ese escrito y que esa contestación de demanda, ese recurso, tiene que ser la mejor pieza jurídica posible. Ponerle todo el esfuerzo posible. Entonces, eso es lo que significa, darlo todo para defender los intereses que, para los que trabajamos en los servicios jurídicos, consideramos que son los intereses más altos que podemos defender, porque son los intereses colectivos. No lo cambiaría por nada.

Comentarios(1)

  1. Tuve el gusto de trabajar y ser alumno de Valeria. Me siento muy identificado con sus palabras, que capturan de manera nuy fiel lo que sentimos muchos abogados que nos ha tocado defender al Estado.

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